Tras la pelea que rompió la sesión de Diputados, esta semana el Congreso tiene tres desafíos de alto voltaje, ante una calle caliente.
El próximo miércoles los alrededores del Congreso volverán a ser el epicentro de una masiva movilización. Fue convocada para respaldar nuevamente a las organizaciones de jubilados y también para repudiar la represión que desplegaron dos fuerzas federales 20 minutos antes del horario previsto por los manifestantes para llegar a la plaza. Para entonces, el reportero gráfico Pablo Grillo cumplirá una semana internado en un hospital porteño luchando por su vida, después de que un efectivo le disparó un cartucho de gas lacrimógeno que impactó arriba de su frente.
Los preparativos para la marcha del miércoles marcarán el pulso que se vivirá adentro del Congreso. Viene convulsionado desde la semana pasada, con la abrupta suspensión de la sesión de Diputados, después de una pelea entre legisladores del oficialismo que estalló cuando un sector trataba de dejar sin cuórum el recinto. Fue durante el mismo miércoles, mientras el Gobierno comenzaba a perder el control de la calle. Para esa hora la represión había subido un peldaño en el nivel de ferocidad, aplicado por un comando unificado que responde directamente a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
El mar de fondo que dejó la semana pasada
Adentro del Palacio, la crisis que estalló el miércoles pasado en del recinto de la Cámara Baja empañó el arranque del período de ordinarias, pero es sólo el anticipo de lo que viene para esta semana.
Fue el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, quien levantó la sesión. Sostuvo que fue por falta de cuórum, pero tomó la decisión cuando los diputados Oscar Zago y Fernando Almirón comenzaron una pelea a gritos, que se extendió a otros legisladores. Zago presidió el bloque de La Libertad Avanza a principios del año pasado y luego fue corrido cuando se equivocó en la primera votación de la Ley Bases y volvió a comisión, sin saber que reseteaba el trámite. Se fue del espacio y fundó el Movimiento de Integración y Desarrollo, que reúne tres votos aliados para el oficialismo. La bancada de LLA, la preside Gabriel Bornoroni, y reune 38 integrantes. Con el MID llegan a 41 voluntades, cuya cohesión es tan frágil como la pelea entre Almirón con Zago, acusándolo de darle cuórum a la oposición. En el momento del microestallido dentro del recinto, el bloque de Unión por la Patria buscaba votar la anulación de las facultades especiales que el Congreso le entregó al Ejecutivo con la ley Bases y también ratificar a Marcela Pagano como titular de la comisión de Juicio Político. Dos temas inaceptables para el Gobierno.
La rosca de la criptoestafa
Con ese mar de fondo, la agenda de esta semana arrancará el martes en la Cámara de Diputados, para cumplir con el emplazamiento que votó la oposición el miércoles pasado. Fue la pulseada que el Senado no pudo cristalizar durante extraordinarias gracias a la ayuda de la UCR. A las 16 está convocado un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento para hacer efectivo la orden del recinto para que trate con celeridad todos los proyectos presentados para analizar la creación de una comisión especial investigadora de la criptomoneda Libra y su relación con el entorno del presidente Javier Milei. Será el primer escenario de resonancia sobre abrupta caída de la última sesión.
El oficialismo viene trabajando para desactivar la ofensiva opositora en ese plenario. Menem ofreció que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, adelante su visita a la Cámara Baja. Tiene previsto asistir en abril para ofrecer el informe de gestión que le exige el artículo 101 de la Constitución y la idea era estar en las próximas semanas para contestar las preguntas sobre el escándalo que impactó en el entorno presidencial. La oferta va en la misma sintonía de un proyecto presentado por el bloque de la UCR, que preside Rodrigo De Loredo, donde está el grupo de "radicales con peluca" que incrementa su apoyo al Gobierno.
El plenario del martes será un primer termómetro de las posiciones que tomará un sector de la UCR, al calor de las negociaciones que llevan adelante gobernadores radicales con la Casa Rosada. Esos diálogos, a veces discretos, y otras no tanto, fueron determinantes para que seis senadores se negaran a respaldar la creación de una investigadora en el Senado durante febrero. Fueron seis, pero el correntino Edgardo Vischi quedó en el ojo de le tormenta porque fue su voto el que impidió llegar a los 48 requeridos para crear esa instancia sobre tablas, un número muy alto para un Senado de 72 bancas y con un temario exclusivamente definido por el Ejecutivo en extraordinarias. Ahora corre el período de ordinarias y entre el menú de proyectos que se debatirá el martes, también hay una iniciativa de Zago que, a pesar de ser oficialista, presentó un proyecto para crear una investigadora bicameral sobre el criptoescándalo, en otra exhibición de interna que tiene con la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
La tormenta por el DNU del FMI
Para desventura de la Casa Rosada, el nombre de Zago es cada vez más recurrente y volverá a escucharse ese mismo martes a partir de las 16, pero dentro de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que este jueves iba a comenzar a tratar el DNU 176/25, firmado Milei para aprobar un acuerdo con el FMI, cuyos detalles no se conocen y que todavía no ha sido firmado. Por la Cámara Baja, en esa bicameral, dedicada a analizar los DNU, están Almirón y Zago, los dos principales protagonistas de la última pelea en Diputados. La preside el senador riojano Juan Carlos Pagotto y la controla con una mayoría que, sin Zago, no llega a las 9 firmas necesarias para respaldar el DNU que el gobierno quiere tratar rápido. Es tan frágil el oficialismo en esa comisión que la reunión tuvo que ser postergada por la trifulca. Se reunirá el martes y tendrá dos misiones: definir autoridades y escuchar a los funcionarios que enviará el Gobierno para aportar la información que reclama conocer la oposición sobre el DNU.
La definición sobre la continuidad de Pagotto en la bicameral viene con intriga. El oficialismo lo quiere mantener, pero el peronismo se prepara para sacarlo del puesto con ayuda aliada y después avanzar con hacer caer el DNU. En ese fuego cruzado tallará el senador formoseño Francisco Paoltroni, exoficialista, y antagonista del estratega presidencial Santiago Caputo.
Está previsto que asistan una espada del Banco Central y dos del Palacio de Hacienda para evitar que el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, tenga que ir a dar explicaciones. Confirmaron su presencia Vladimir Werning, vice del BCRA; José Luis Daza, secretario de Política Económica y Leonardo Madcur, representante argentino ante el FMI. Para que puedan aportar información, necesitarán que la bicameral cuente con autoridades y eso no se resolverá hasta el martes.
Lijo y García Mansilla, otra prueba de amor para Villarruel
El tercer momento de definiciones transcurrirá en el Senado, posiblemente el jueves y será otro examen para la relación entre la vicepresidenta Victoria Villarruel y la Casa Rosada. El peronismo presentó un pedido de sesión para tratar los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los dos postulantes que propuso Milei para cubrir dos vacantes de la Corte Suprema de Justicia. A Lijo lo quiere designar con el mismo método que utilizó para poner García-Mansilla: mediante un decreto para nombrarlos en comisión y por un año. Esta semana ambos podrían afrontar un duro revés.
Lijo es titular del Juzgado Federal 4 y cuenta con dictamen de mayoría de la Comisión de Acuerdos pero no tiene los 48 votos necesarios para convalidar la designación. La Cámara Federal le dio una licencia extraordinaria pero la Corte se la dejó sin efecto. El mensaje fue elocuente: si quiere llegar a la Corte tiene que renunciar al juzgado que lidera. Es precisamente lo que Lijo no quiere hacer, porque sabe que el camino al máximo tribunal viene cada vez más difícil, aunque cuenta con, al menos, 14 votos del peronismo aportados por gobernadores del PJ que escucharon el lobby del juez y candidato a cortesano a favor de su propio pliego.
García Mansilla afronta un escenario distinto desde este jueves pasado, porque ahora tiene dictamen para llegar al recinto del Senado, pero será tiene amplias chances de ser rechazado. La idea es que caiga junto al de Lijo, pero la fecha de esa pulseada depende de la decisión de la titular del Senado. El oficialismo le presentó otro pedido de sesión para tratar Ficha Limpia y la declaración de emergencia en Bahía Blanca, que en Diputados obtuvo la unanimidad, con 230 votos de los presentes. Villarruel podría priorizar estos temas y dejar el debate de los pliegos para más adelante. La movida la dejaría mejor parada con el Gobierno, aunque sabe que es cuestión de tiempo para que convoque a una sesión para tratar los pliegos. La vice está en contra de la nominación de Lijo y por eso en la Casa Rosada siguen sus movimientos con desconfianza y casi sin comunicación, salvo la interlocución que mantiene con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
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