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La Mañana 24 de marzo

Las voces de aquel 24 de marzo de 1976: Los últimos días de Isabel Perón

Todavía hay poco escrito y analizado sobre el período de Isabel Perón. Para la academia el periodo de Isabel es equiparable a la dictadura que la saco del poder. Para los peronistas en general es una figura incomoda por la mala prensa que se hizo de ella.

Es preciso recordar que, en la Argentina previa al golpe, había una desocupación real del 3,3%, la participación de los trabajadores en el PBI era del 49,5%; la población bajo el nivel de pobreza era el 3,2% y la deuda externa estatal era de 4 mil millones de dólares y 3800 millones la privada.

Pero, el de Isabel era un gobierno jaqueado por la violencia guerrillera, y por la violencia de las bandas de derecha digitadas por la inteligencia militar. Ese cuadro de violencia añadido a lo que hoy llamamos “la presión de los mercados” daba un contexto de extrema fragilidad democrática.

Antonio Cafiero un dirigente respetado por todos expresó: Isabel tuvo que soportar cinco años de prisión, de humillaciones y maltrato de sus carceleros. (…) Creo que se ha maltratado por demás la figura de Isabel Perón (…) Está a la vista que cometió desaciertos, pero fue digna y siempre exigió que se respetara la investidura presidencial...no dio un paso atrás aun en los momentos de mayor zozobra, lo que habla de su temple. Ella debió soportar durante su mandato un ambiente torturante: asesinatos, muertes, huelgas, conatos y ultimátum militares, pujas entre los distintos grupos partidarios, defección de compañeros, prensa adicta al golpismo, sin olvidar la grave situación económica y social. Sin embargo, Isabel no se sustrajo de la pelea diaria, del seguimiento de los temas de gobierno (…) En muchas ocasiones no supo discernir el error en las opiniones de algunos mediocres que estaban a su lado que la llevaron a cierto grado de aislamiento. (…) Como dirigente del Partido Justicialista guardo por Isabel especial afecto y reconocimiento por los difíciles momentos que tuvo que afrontar...”

En sus últimos dos meses de gobierno, el único sostén eran las 62 Organizaciones de Lorenzo Miguel, el pequeño entorno de Isabel, algunos grupos sueltos de juventud. Balbín expresaba: “Si me piden soluciones, no las tengo”. La estrategia de la “fruta madura” había sido exitosa.

En el Movimiento Obrero coexistían dos posicionamientos uno de la CGT (Casildo Herreras) un poco más alejado del gobierno y el segundo de las 62 Organizaciones (Lorenzo Miguel) que sostuvo a Isabel hasta el último minuto. Casildo Herreras el día 23 de marzo desde Montevideo dijo su famosa frase “Yo me borre”. En cambio, Lorenzo Miguel fue detenido y pasó cuatro años preso.

Excluyendo a Montoneros y su periferia, los demás grupos juveniles peronistas como Guardia de Hierro, el FEN, la JP Lealtad, el Encuadramiento y el Comando de Organización CdO, estaban apoyando con mayor o menor énfasis la continuidad de Isabel Perón.

La opinión pública y los diarios

En esos años no se hacían encuestas de opinión, pero tampoco era difícil percibir, que el ánimo de la población estaba muy lejos de resistir en las calles el golpe militar.

Las tapas de los diarios anunciaban la inminencia del golpe. El 23/3 La Opinión titulaba en tapa “Una Argentina inerme ante la matanza”, “Mañana se cumplen 90 días de la apelación de Videla”. La 6ª de La Razón en tapa “Es inminente el final”. “Todo está dicho”. Crónica en tapa “Movimientos de tropas”. “Casildo Herreras en Uruguay: “Me borre””

Mientras en el Congreso los legisladores vaciaban sus despachos y pedían anticipos de dieta. En Casa Rosada Lorenzo Miguel, Deolindo Bittel y Osvaldo Papaleo anunciaban “descorchen champán hoy no hay golpe”.

Poco antes de la una de la madrugada del 24 de marzo, Isabel subía al helicóptero que iba a ser desviado al Aeroparque para detenerla en soledad. Medio centenar de personas la vivaban en Plaza de Mayo. Esa misma Plaza de Mayo en la cual, apenas tres años antes, muchos miles de gargantas gritaban a los militares “se van, se van y nunca volverán”.

El verdadero objetivo de la dictadura: el Plan Económico “libertario”

Si bien los militares “compraron” el golpe con la excusa de combatir la subversión, el verdadero objetivo de sus mandantes era instaurar el modelo económico liberal. En un exceso de sinceridad Walter Klein, el colaborador más próximo de Martínez de Hoz, declaró que el programa económico en vigor desde marzo de 1976 era “incompatible con cualquier sistema democrático y sólo aplicable si lo respalda un gobierno de facto”.

Se abre, señores, un nuevo capítulo en la historia económica argentina. Hemos dado vuelta una hoja del intervencionismo estatizante y agobiante de la actividad económica para dar paso a la liberación de las fuerzas productivas.” Así iniciaba su discurso José Alfredo Martínez de Hoz el 2 de abril de 1976.

Luego enunciaría los doce puntos base de su política económica: Libertad de precios, liberación del mercado cambiario, libertad del comercio exterior, derogación de retenciones al agro, libre importación de bienes, reforma financiera, aumento de tarifas y eliminación de subsidios...

Según el economista e historiador Mario Rapoport: “En una primera etapa, de 1976 a 1978, se implementó un plan de ajuste ortodoxo, con devaluación, liberación de precios, congelamiento de salarios, facilidades para las importaciones, cese de la promoción de exportaciones industriales.”

“Una segunda etapa comenzó en diciembre de 1978, con la aplicación de la “tablita cambiaria”, que consistía en devaluaciones programadas inferiores a la inflación. Estas apreciaron el peso, agravaron el cierre de las industrias nacionales, imposibilitadas de competir con los productos importados, e impulsaron una gran salida de divisas. Esos déficits se cubrieron con ingresos de capitales y crearon la enorme deuda externa.”

Se autorizó la apertura de 1179 sucursales financieras y se cerraron 19.000 establecimientos industriales.

La deuda externa, que pasó de 7.800 millones de dólares en 1976 a 43.600 millones a fin de la dictadura en 1983.

Cualquier semejanza con las propuestas de actuales, no son mera coincidencia, son las mismas recetas que los economistas liberales tienen desde siempre, y que, ni siquiera en dictadura han demostrado ser exitosas.

Que dijeron las “fuerzas vivas”

Los sectores dominantes hicieron público su firme apoyo al golpe militar a través de la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (APEGE), conformada por el Consejo Empresario Argentino (CEA), la Sociedad Rural Argentina, la Cámara Argentina de Comercio, la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y la mayoría de las cámaras patronales sectoriales.

El gobierno militar contó también con el apoyo de los gobiernos de EEUU y la URSS y del capital financiero internacional.

La Sociedad Rural declaraba: “un régimen demagógico y populista, llevaron al país casi al borde de su disolución, desgracia que pudo ser evitada debido a la intervención militar del 24 de marzo.”

La CARBAP a través de Jorge Aguado decía en un artículo (de abril del ’76) en la revista Extra: “Las fuerzas armadas argentinas han asumido su responsabilidad de tomar el poder para impedir la continuación de un gobierno que, por obra de su incapacidad e inmoralidad, venía sumiendo el país en una profunda crisis social, económica y política”.

La Federación Agraria Argentina FAA, el 1º de abril de 1976 en su periódico La Tierra, señala: El largo y penoso proceso de debilitamiento de nuestras instituciones republicanas (...) tuvo su epílogo en la madrugada del 24 de marzo pasado, cuando un pronunciamiento militar determinó la caducidad de todas las autoridades constitucionales y su reemplazo por un triunvirato integrado por los comandantes generales de las Fuerzas Armadas.”

La UCR (Union Cívica Radical) no acompañó públicamente al golpe, porque apostaban a ganar la presidencia en octubre del 76. Pero el 35% de las intendencias del país fueron ocupadas por dirigentes radicales. Igualmente, no estuvieron solos, los partidos provinciales, el MID e incluso el PJ aportaron intendentes municipales.

Las tapas de los diarios

Clarín como si se tratase de un traspaso democrático tituló: “Nuevo Gobierno” “Calabró entregó la Gobernación”. No hay fotos de tanques, ni militares, solo un pequeño grupo de gente en plaza de mayo.

La Nación más cercano a la verdad tituló: “Las Fuerzas Armadas asumen el poder; detúvose a la Presidente” e ilustran con una foto del helicóptero que lleva a Isabel detenida.

El diario La Opinión tituló: “Gobierna la Junta Militar” y en un recuadro “Hallaron armas en la UOM”.

Crónica, en tanto, decía: "Asumió la Junta: Isabel custodiada".

Últimas Noticias, “¡Cayó Isabel!".

El martes 30 Clarin tituló: “Juraron Videla y sus ocho ministros” “Hubo público en Plaza de Mayo” una foto muestra gente tras los vallados y dice que “unas dos mil personas se dieron cita para saludar a Videla”

El Partido Comunista y el “carácter democrático y progresista del Presidente Videla”

En este aquelarre histórico que fue el Proceso donde todos los ojos estuvieron y están puestos en los espantos del terrorismo de estado y sus secuelas, a quedado borroneada la conducta del principal partido de la izquierda argentina, el Partido Comunista. Aunque algunos de sus miembros sufrieron las consecuencias de la represión, el PC durante toda la dictadura consideró que Videla era el dictador blando que se oponía la línea pinochetista del Ejercito, por lo tanto, dar apoyo a Videla, nos salvaba de la llegada de un Pinochet.

Recordemos que por el Comunicado 45 de la Junta Militar del 24 de marzo, se prohibieron las actividades de: el Partido Comunista Revolucionario (PCR), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Partido Política Obrera (PO); Partido Obrero Trotskista, Partido Comunista Marxista Leninista. El único partido de izquierda no prohibido por la dictadura fue justamente el más grande e importante, el Partido Comunista Argentino (PC).

El 25 de Marzo de 1976, el Comité Central del PC emitió una declaración a propósito del golpe del día anterior. En sus principales párrafos se lee: “El Partido Comunista está convencido de que no ha sido el golpe del 24 el método más idóneo para resolver la profunda crisis política y económica, cultural y moral. Pero estamos ante una nueva realidad. (…) “Los actores de los sucesos del 24 expusieron en sus primeros documentos sus objetivos, que podríamos resumir de la siguiente manera: “Fidelidad a la democracia representativa con justicia social, revitalización de las instituciones constitucionales, reafirmación del papel de control del Estado sobre aquellas ramas de la economía que hacen al desarrollo y a la defensa nacional. El Partido Comunista, aunque no comparte todos los puntos de vista expresados en los documentos oficiales, no podría estar en desacuerdo con tales enunciados, pues coinciden con puntos de su Programa, que se propone el desarrollo con independencia económica, la seguridad con capacidad nacional de decisión, soberanía y justicia social.” Para tomar cierta distancia aclaran que no comparten “todos” los objetivos de la Junta Militar. Muy llamativo es el primero, “fidelidad a la democracia representativa” de los que están dando un golpe...

Finalizan con una felicitación: “El PC considera auspicioso que la Junta Militar haya desechado una solución "Pinochetista".

El 24 de marzo se conmemora a las víctimas de la dictadura militar en Argentina.jpg

Un ribete más oscuro de la misma política fue el rechazo airado, en vena antiimperialista, a la intervención de agencias del gobierno de Carter u otras instancias internacionales en condena de los crímenes cometidos, y el impulsar el voto contrario de los países socialistas en foros internacionales en que se planteaba la cuestión de los derechos humanos en Argentina. “Reconociendo el innegable papel de la solidaridad internacional, negamos sinceridad y autoridad moral al imperialismo yanqui para defender los derechos humanos más allá de sus fronteras, violándolos fronteras adentro y en diversas partes del mundo. Es justo rechazar dicha injerencia, así sea so pretexto de defender derechos legítimos.” Dirían en una declaración sobre el tema. O sea, adherían a calificar de “campaña anti-argentina” las denuncias sobre violación a los DDHH en el exterior.

El 25 de Septiembre de 1976 el Comité Central del Partido Comunista Argentino emitió un elogioso comunicado sobre el discurso pronunciado por Videla en Tucumán a seis meses del golpe.

“La opinión democrática de la inmensa mayoría del país, que rechaza el pinochetismo, apoyará decididamente aquellos enunciados programáticos formulados por el Presidente Videla en Tucumán, y que por su carácter democrático y progresista pueden contribuir a la construcción, entre todos, de la Argentina que queremos”

Para el PST el gobierno de Isabel, no debía durar ni un minuto mas

Los documentos del Partido Socialista de los Trabajadores emitidos previo al 24 de marzo de 1976, muestran - no un apoyo al golpe - pero si: “la inconveniencia de que (el gobierno peronista) continúe un solo minuto más”. Y después del 24/03: “la destitución del peronismo fue un hecho que los militares cumplieron a su manera”.

Esta frase “la destitución del peronismo fue un hecho que los militares cumplieron a su manera,” se acerca bastante a la frase que utilizó en Partido Comunista (PC): “El Partido Comunista está convencido de que no ha sido el golpe del 24 el método más idóneo para resolver la profunda crisis política y económica, cultural y moral”.

En la revista semi-legal del PST: Cambio, Nº 1, del 15 de mayo de 1976, una nota analiza el golpe militar bajo el título: “Historias breves. La caída del gobierno peronista”. Aquí algunos párrafos de dicha nota:

“Más allá de las razones principistas que llevan a toda opinión sanamente democrática a oponerse a los golpes de estado o del juicio concreto que puedan merecer las medidas del actual gobierno, la destitución del peronismo fue un hecho que los militares cumplieron a su manera, después que la marea popular no alcanzó a hacerlo por la defección de sus dirigentes.”

“¿Cayó el gobierno peronista sólo por el empecinamiento de Isabel Perón, por su negativa a renunciar a tiempo? Porque la alternativa era esa: para no ser destituido debía renunciar.”

“Pero la impaciencia y la indignación popular, (...) siguió manifestándose en forma creciente en una tensión social insufrible y en conflictos que se interiorizaban, a falta de otro canal, dentro de las empresas. En este marco, aguardar otros nueve meses de pesadilla y crisis hasta unas elecciones azarosas resultó imposible”. “Todo un pueblo clamaba contra el gobierno, que terminó sólo sostenido por una fracción de la cúpula sindical, cuyos llamados no escuchó nadie, y por un sector de la ultraizquierda.”

Vean el detalle que hacen mención al “actual gobierno” o sea no lo califican como dictadura, sino que

copian a Clarín llamando a la junta militar: “nuevo gobierno”.

“Descartamos la caracterización de fascista” decía el Partido Obrero

Un año después del golpe, el 1º de marzo de 1977, se publica “Documento de la Conferencia Nacional de PO, como Cuadernos de Estudios Sociales Nº 1”.

El Partido Obrero, en ese documento (un año después del golpe) afirmaba: “Descartamos la caracterización de fascista del gobierno militar (...) el gobierno militar es un gobierno burgués contrarrevolucionario de tipo semi-bonapartista”.

Hemos señalado en otros documentos que el gobierno militar es un gobierno burgués contrarrevolucionario de tipo semi-bonapartista (...) Descartamos la caracterización de fascista debido a que el gobierno no cuenta con el apoyo de un movimiento contrarrevolu­cionario pequeño burgués y a que tampoco constituye la dictadura militar de un solo partido...”

Aclaremos que, según la concepción marxista, los gobiernos de Perón fueron “bonapartistas”, entonces, una dictadura “semi-bonapartista” no parecería ser tan negativa.

El PO también se ocupaba de criticar la posición del PC y PST: “Es así que el PST y el PC sostienen que estaríamos ante un gobierno, si no redondamente democrático, al menos ambiguo, indefinido, y de ninguna manera contrarrevolucionario.”

Lo llamativo es que, a un año del proceso militar, en el documento del PO no hay ninguna mención a desaparecidos, centros clandestinos, o terrorismo de estado. El único breve párrafo sobre la represión es el siguiente: “La desorganización del movimiento obrero es muy grande y la represión sigue golpeando duramente a los activistas y a los elementos descontentos de la pequeña burguesía.”

La guerrilla esperaba y deseaba el golpe militar

Tanto el ERP como Montoneros, de 1974 a 1975 habían progresado en sus aparatos militares, pero habían perdido el apoyo político, porque, una cosa era el uso de la violencia contra la dictadura de Lanusse, y otra muy distinta usarla contra los gobiernos populares de Cámpora, Perón e Isabel, lo que ellos denominaban “farsa democrática”.

Entonces, aunque no lo proclamaban, estaban esperando el desenlace de un golpe, en la creencia que el pueblo se iba a sumar masivamente al enfrentamiento contra los militares. Era su visión binaria de la política, de un lado los militares, del otro el pueblo, conducido a la guerra civil por las vanguardias revolucionarias. Como ya sabemos nada de eso sucedió. La guerrilla quedó más aislada políticamente y fue destruida por el terrorismo de estado.

Pero, el 24 de marzo de 1976 Mario Roberto Santucho estaba exultante y escribió una proclama de alto contenido emocional, pero carente análisis serio de la realidad. Y como dicen Tarcus y Cernadas dos historiadores de izquierda “un análisis realista y crítico (...) hubiese permitido resguardar físicamente y armar políticamente a las propias fuerzas” . Pero las organizaciones guerrilleras actuaron en dirección opuesta, y en lugar de resguardar física y políticamente a sus militantes, los convocaron a una guerra civil que nunca existió.

El Ejército Revolucionario del Pueblo PRT-ERP: “Argentinos a las armas !!”

Con ese título el jefe del ERP Roby Santucho escribe el editorial de El Combatiente, con fecha 31 de marzo de 1976:

“La usurpación del gobierno por los militares y el recrudecimiento de la represión antipopular que caracteriza a la nueva Dictadura coloca a todo nuestro pueblo frente a un desafío histórico, en una

nueva etapa de la lucha revolucionaria ya iniciada, a las puertas de una época histórica y gloriosa por la que ya marcha erguida y determinada su vanguardia guerrillera.”

“El fracaso final del peronismo y el golpe militar reaccionario, imponen al pueblo argentino la histórica responsabilidad de rebelarse masivamente, tomar en sus manos los destinos de la

patria, afrontar con heroísmo los sacrificios necesarios y librar con nuestra poderosa clase obrera como columna vertebral, la victoriosa guerra revolucionaria de nuestra Segunda y definitiva Independencia.

“Y esa histórica responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros será dignamente cumplida por nuestro pueblo, por nuestro Partido, por nuestro Ejército Guerrillero y todas las fuerzas revolucionarias progresistas y patrióticas...”

Tres meses después de esta proclama, cuando se disponía a salir del país, Santucho muere resistiendo su detención. Y, en los meses siguientes, centenares de jóvenes militantes del ERP van a caer en manos de la represión ilegal y hoy integran las listas de detenidos-desaparecidos.

Según Montoneros “las Fuerzas Armadas derrocaron a Isabel y sus payasos.”

Dice el Evita Montonera N.º 12: “En la madrugada del 24 de marzo las Fuerzas Armadas derrocaron a Isabel y sus payasos. El desenlace del Isabel de todas maneras, ya lo habíamos previsto hace tiempo...”

“Los comandantes dan el golpe porque el gobierno era superado por la movilización popular y el enfrentamiento armado, especialmente al iniciarse la Tercera Campaña Militar de Montoneros.”

“Con este golpe termina una etapa y otra nueva se inicia. El justicialismo de la integración al sistema de la conciliación de clases, de la traición a los intereses del pueblo ha terminado.”

“Cuando el Frente de Liberación Nacional deje sin apoyo alguno al ejército cipayo, y hayamos avanzado en la edificación del Ejército Montonero y sus Milicias, el enfrentamiento generalizado va a destruir esta carta de dependencia.”

Evidentemente, Firmenich y la conducción de Montoneros, estaba midiendo muy mal la correlación de fuerzas, y su grave error político los precipitaba a una tragedia que nadie imaginaba.

En Abril de 1977, Firmenich declaraba ante Gabriel García Márquez: “A fin de octubre de 1975, cuando todavía estaba en el gobierno Isabel Perón, ya sabíamos que se daría el golpe dentro del año. No hicimos nada para impedirlo porque, en definitiva, también el golpe formaba parte de la lucha interna en el movimiento peronista. Hicimos en cambio nuestros cálculos de guerra, y nos preparamos a soportar, en el primer año, un número de un número de bajas humanas no inferiores a 1.500 unidades. Nuestra previsión era ésta: si logramos no superar este nivel de pérdidas, podíamos tener la seguridad de que tarde o temprano venceríamos.”

- GM: “¿Qué sucedió?”

-MF: “Sucedió que nuestras pérdidas han sido inferiores a lo previsto. En cambio, en el mismo período, la dictadura se ha desinflado, no tiene más vía de salida, mientras que nosotros gozamos de gran prestigio entre las masas y somos en la Argentina la opción política más segura para el futuro inmediato.”

El diagnóstico de la situación de Firmenich era absolutamente errado. La guerrilla no tenía ningún consenso social y al 1º de abril de 1977, ya había 5200 desaparecidos. La gran mayoría de ellos militantes vinculados a la organización Montoneros. Y, para fin de ese año 77, los simpatizantes montoneros que habían quedado en el país, habían sido prácticamente aniquilados.

El Partido Comunista Revolucionario (PCR) en defensa de Isabel

En esta manía simplificadora de la historia, el PCR ha sido feroz blanco de muchas críticas por su apoyo al gobierno de Isabel Perón. Pero no hay que dejar de mencionar que sus cuadros estuvieron entre las primeras víctimas de la Triple A. Rene Salamanca fue secuestrado y desaparecido el mismo 24 de marzo.

El encono tan fuerte con sus antiguos camaradas del PC los llevó a caracterizar al golpe de 1976 como golpe pro-ruso y pro-yanky. Y aunque lo de pro-ruso suene disparatado, cuando analizamos el fuerte apoyo a Videla que dio el Partido Comunista, y el apoyo internacional que recibió la dictadura, por parte de la Union Soviética, la caracterización deja de sonar tan irracional.

Ya en noviembre de 1974 el PCR advierte que luego de la muerte de Perón se desataron las fuerzas golpistas.

“Es evidente para todos que utilizando la oleada terrorista se ha ido creando un caldeado clima golpista. Hace apenas año y medio se acabó con una dictadura militar que durante siete años escribió algunas de las páginas más negras de la historia argentina. Y ya se habla, de nuevo, de otro posible gobierno militar.”

En el órgano oficial del PCR la revista Nueva Hora, del día 9 de marzo de 1976 puede leerse un titular grande “Armas para el pueblo”. “No a otro 55”.

En la revista que salió el 23 de marzo, un día antes del golpe dicen:

“Frente a la crisis. Todos contra el golpe imperialista”

“Coordinar desde las fábricas la acción popular. Toda medida de lucha debe contribuir a la acción ofensiva y combativa de los trabajadores, al levantamiento popular antigolpista y liberador. Cárcel para los conspiradores y libertad a los patriotas antigolpistas presos. En defensa de las conquistas amenazadas y en el camino de la lucha por la liberación definitiva, junto al pueblo peronista y patriotas argentinos defender al gobierno de Isabel Perón.”

“Contra el golpe prorruso y proyanqui. Otro 55 no Pasará.”

Lamentablemente salvo los militantes del PCR pocos argentinos se enteraron de esta convocatoria a defender el gobierno de Isabel Perón.

El Frente de Izquierda Popular contra el golpe

El 26 de agosto de 1975 en una columna - en el quincenario Izquierda Popular- Jorge Abelardo Ramos plantea claramente que hay que sostener al gobierno hasta la elección de 1977. Dice Ramos:

“Con la bomba homicida, con la intriga de palacio o con la campaña de prensa amarilla, se pretende derribar con Isabel al movimiento nacional, para regresar a un nuevo 55.”

“Aprovechando las debilidades, las secuelas de la banda de López Rega, y el abandono del programa económico de Perón, otras bandas aliadas a los intereses anti-nacionales, a la vieja Unión Democrática, y al radicalismo moribundo, aspiran a impedir la conclusión del mandato surgido por voluntad popular en 1973.”

En los días previos al golpe, Izquierda Popular del 22 de marzo de 1976, bajo el título “Hay que preparar la contraofensiva” dice:

“Ante la escalada de rumores golpistas la Junta Nacional del FIP emite la siguiente declaración:

“En las últimas horas se ha reavivado la ofensiva golpista que impulsan las fuerzas de la vieja Argentina. El Frente de Izquierda Popular declara que, cualquier aventura militar estará dirigida no solo contra el actual gobierno, sino contra la posibilidad de que el pueblo pueda decidir libremente su destino en las elecciones convocadas para dentro de ocho meses. Están en peligro la soberanía popular, las conquistas sociales, la vida misma de la clase trabajadora y las grandes mayorías.”

“La historia juzgará a los partidos, las instituciones y los hombres que han contribuido a fomentar la conspiración y aquellos que se sumen a esta quiebra del proceso democrático. (...) El FIP llama al movimiento obrero a oponerse al golpe de estado con la huelga general y la acción unida de la clase trabajadora.”

La posición del FIP frente al golpe es muy clara. Lamentablemente al igual del PCR que llamaba a la movilización para enfrentar el golpe, el FIP carecía de fuerzas suficientes siquiera para intentarlo.

Pero además la sociedad, incluida la clase trabajadora, ya había bajado los brazos ante tanta agitación conspirativa y no existía voluntad para movilizarse en defensa del gobierno.

Los militares dieron el golpe con el beneplácito de las clase alta y media y con la resignación silenciosa de la clase trabajadora.

*Aldo Duzdevich

Autor de La Lealtad- Los montoneros que se quedaron con Perón y Salvados por Francisco

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