A Daniel Olivares, lo sorprendió la tormenta cuando viajaba a un campamento, a partir de allí comenzó su travesía de superviviencia. El relato del náufrago.
Daniel Olivares, un empleado de seguridad de 50 años fue protagonista de un verdadero milagro cuando, mientras cruzada el río en su camioneta, fue arrasado por la fuerza del agua y sobrevivió dos días flotando en un tronco de árbol.
La peripecia comenzó, cuanto tres empleados de seguridad cruzaban un río a bordo de una camioneta, en San Juan. Era la noche del jueves, cerca del momento del comienzo de turno de trabajo. La crecida embistió contra el vehículo. Dos de los ocupantes llegaron a la orilla. El tercero, Salvador Daniel Olivares, no.
Flotó dos días en un tronco de árbol
Lo buscaron durante casi dos días. Finalmente, lo encontraron este sábado a la mañana a más de 10 kilómetros de distancia. "Me agarré a un tronco y me largué a flotar", dijo desde el hospital en el que quedó internado en observación.
El protagonista de un verdadero milagro
Olivares tiene 50 años y trabaja como agente de seguridad. Vive en Pocitos. El jueves a las 21.30 cumplía con su trabajo para Energía Provincial-Sociedad del Estado, en una zona rural de Pachaco, 60 kilómetros al noroeste de la capital provincial. Lo sorprendió la tormenta, pero igual salió a relevar la ruta entre dos campamentos. En su itinerario debía cruzar un brazo del río San Juan, de unos 150 metros de ancho.
Él, que iba como encargado del grupo que también componían Jorge Olmos y Eric Alfredo Morales, iba al volante del vehículo. Superó un primer tramo del río, pero cuando cruzaba el segundo la camioneta se enterró y se puso de costado.
Mientras intentaba sacarla de esa situación, llegó la crecida. Era agua, pero también bajaban de la montaña el barro y las piedras. La camioneta se enterró y se puso de costado. Ya se volvió incontrolable. Fue arrastrada por la fuerza del río, que amenazaba con llevarse también a sus ocupantes. Los tres salieron de la cabina. Se colocaron en el techo. Pero el agua subía, y la camioneta bajaba.
Con el vehículo sepultado, sólo les quedó saltar e intentar alcanzar la orilla para ponerse a salvo. Olmos lo logró. Morales y Olivares, no. Juntos, intentaron ayudarse mutuamente. Pero una roca golpeó al jefe de expedición, lo soltó de su compañero e inició su deriva.
Mientras sus compañeros lo perdían de vista (Morales, también complicado, al final pudo acercarse a tierra), el empleado de seguridad comenzó a "dar vueltas" y a ser golpeado por las piedras y las ramas que corrían con el agua.
Olivares se aferró a las ramas, se las puso bajo los brazos y se puso a flote. "Subía y bajaba, con una oscuridad terrible", recordó este sábado, en una declaración grabada por el fiscal Francisco Micheltorena. Relato de un náufrago en San Juan.
Cuando llegó al curso normal del río, la situación se tranquilizó. El agua iba veloz y él estaba dolorido. "Con los troncos me largué arriba y me dormí", aseguró.
Cómo encontraron al náufrago de San Juan
Con las primeras luces del día, se emitió el primer alerta oficial para su búsqueda. Mientras tanto, en el amanecer, Olivares se resguardó en un banco de arena. Allí pasó una cantidad indefinida de tiempo. Como no sabía nada de sus compañeros, dijo, se metió otra vez en el agua. "Me volví a largar al río para llegar al otro costado que sabía que era por donde estaba la ruta y así llegué a otra ripiera", relató.
“Empecé a tantear y subí a otra ripiera había un tronco grande. Era tarde estaba oscureciendo, por eso agarré un tronco más grande como un poste de luz y me largué otra vez y floté”, añadió desde la cama del hospital.
Así, tomado del tronco, continuó a la deriva. Hasta que llegó al terraplén en el que lo encontraron este sábado a la mañana.
A Olivares lo encontraron trabajadores de una obra de la zona. Estaba sentado a la orilla del camino, tomando agua de una botella, como dijo Andrés Besso Bianchi -quien lo vio y le dio primeras asistencias- al diario Tiempo de San Juan.
"No sabíamos si era un baqueano o un maquinista. Cuando nos acercamos, nos dijo que era el guardia de seguridad perdido", dijo Bianchi. Para entonces, él y el resto de los vecinos ya estaban avisados de que un empleado de seguridad llevaba casi dos días desaparecido.
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