Todo ocurrió en Nochebuena, en la ciudad de Mar del Plata. El agresor fue detenido. Tenía antecedentes por pegarle a su padre de 84 años.
Todo estaba dispuesto para celebrar una Navidad en paz, pero un ataque de ira arruinó los planes de una familia marplatense. Es que, en un violento episodio ocurrido en el barrio Acantilados, un hombre sumido en una ataque de furia, golpeó con un fierro a su hija de 24 años, le rompió los regalos navideños a su nieto de seis y amenazó con incendiar la casa mientras su familia dormía.
Todo empezó el jueves pasado cuando los padres del agresor intentaron excluirlo de la vivienda, cansados de los maltratos y la violencia a la que los sometía. Pero la decisión, lejos de la paz que buscaban, desencadenó una noche de terror que fue filmada por las propias víctimas.
Gritos, ruidos de vidrios rotos, llamados a la Policía, golpes y el llanto del nieto del agresor son partes de la escena que se viralizó en las redes en las últimas horas. “El nene que se ve en los videos no pudo dormir anoche porque estaba con ataques de pánico”, lamentó tras el dramático momento una tía del menor, en diálogo con el portal 0223.
Y aún consternada, agregó: “Mi hermana me llamó por si le pasaba algo, temía por su vida. Porque además de todo lo que hizo, amenazó a mis abuelos con prenderles fuego la casa cuando se vayan a dormir”.
Por otro lado, señaló la joven, no fue esta la primera vez que el hombre amenazó de muerte a algún integrante de la familia. De hecho, en 2018 fue detenido en la cárcel de Batán después de golpear con un palo a su padre, de 84 años.
“Mi abuelo está en shock desde anoche y se levantó repitiendo una frase: que ‘no vayan por el campo´. A mi abuela también la tiene amenazada de muerte y desde hace 6 años que todos le tenemos miedo”, manifestó.
A raíz del último incidente, la Justicia consideró los antecedentes penales por daños y lesiones con los que contaba el agresor y ordenó una orden de restricción. En tanto, el fiscal Leandro Arévalo lo imputó por lesiones y amenazas agravadas, y lo llevara de vuelta a Tribunales.
Furia y violencia en un colectivo
Un día de furia vivieron las personas involucradas en un choque automovilístico seguido de pelea y violencia. Todo comenzó cuando un colectivo de la línea 106 chocó con un automóvil. Tras el accidente menor, dos hombres que estaban en el vehículo se enfrentaron al conductor del colectivo y le rompieron el parabrisas con un palo.
El choque ocurrió en el barrio porteño de Recoleta. Durante el ataque, un portero de un edificio cercano intentó intervenir para resolver la situación, pero fue agredido violentamente por los atacantes. El incidente quedó filmado por un testigo, capturando tanto el altercado verbal como el ataque físico posterior.
El video comienza con tres hombres frente al colectivo, tratando de impedir que el conductor se aleje del lugar del choque.
Según el relato del colectivero a la prensa, los individuos ya habían golpeado repetidamente el parabrisas del colectivo con un palo hasta hacerlo estallar. Desde el inicio, el portero agredido intentó calmar los ánimos.
En la grabación se escucha al portero intentando razonar con los agresores, pidiéndoles que permitieran que el colectivo, lleno de pasajeros, pudiera continuar su ruta y que, en caso de que tuvieran alguna queja, contactaran a la Policía de la Ciudad.
Sin embargo, el grupo no accedió y persistió en bloquear el paso del colectivo, mientras otros autos se acumulaban detrás. La tensión aumentó a medida que la discusión entre el encargado y uno de los agresores se intensificaba.
“Vos no te metas. Cállate la boca, la concha de tu madre ”, gritó uno de los involucrados. Poco después, frustrado por la insistencia del portero, uno de los agresores le dio una patada en el estómago. Mientras el encargado se recuperaba del golpe, su compañero le asestó un puñetazo en la cara.
Ante la violencia de los ataques, el portero intentó defenderse, lo que desencadenó una pelea en la que eventualmente se unió un tercer individuo.
A l poco tiempo, personas que estaban en las cercanías intervinieron para separar a los involucrados. La Policía de la Ciudad llegó al lugar y ayudó a controlar la situación.
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