Que impuestos bajó y quitó el Gobierno durante los últimos meses

La promesa de bajar los impuestos ha marcado la agenda del presidente Javier Milei desde su campaña, objetivo ratificado durante su primer discurso anual. La propuesta ambiciosa de reducir un 90% los gravámenes nacionales y transferir autonomía fiscal a las provincias sigue en debate, pero varias iniciativas ya han materializado recortes en sectores estratégicos.

Impuesto PAIS: uno de los más significativos

El 23 de diciembre de 2024 quedó oficialmente derogado el impuesto PAIS, creado durante el gobierno de Alberto Fernández con un plazo inicial de cinco años. No obstante, se mantuvo una retención del 30% aplicable a Ganancias y Bienes Personales. Su eliminación generó repercusiones en múltiples frentes: desde el turismo hasta las importaciones de servicios digitales, pasando por el financiamiento de viviendas y el sistema previsional.

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El Impuesto PAIS baja 10% y el impacto en los precios podría ser importante.

Durante su vigencia, este tributo llegó a aportar casi el 10% de la recaudación nacional en 2024, según datos oficiales. Su desaparición proyecta un vacío fiscal equivalente al 1% del PBI para 2025, reto que exigirá ajustes presupuestarios. Además, su diseño original —vinculado a disputas por la coparticipación provincial— reflejaba tensiones políticas que ahora se reconfiguran bajo la nueva administración.

Incentivos automotores

A partir de la próxima semana, entrarán en vigor medidas para abaratar la compra de vehículos 0 km y promover la importación de modelos eléctricos e híbridos económicos. La reforma, anunciada por el ministro Luis Caputo, elimina impuestos internos para autos valuados entre 41 y 75 millones de pesos —antes gravados con un 20%— y reduce del 35% al 18% la tasa para unidades superiores a ese rango.

Según estimaciones gubernamentales, esta política recortará los precios entre un 15% y 20%, dinamizando un sector clave para la industria local. Paralelamente, la flexibilización de aranceles para vehículos ecoamigables busca alinear al país con tendencias globales de movilidad sostenible, aunque expertos advierten sobre posibles desafíos en infraestructura de carga.

Retenciones Agropecuarias, un alivio temporal

Mediante decreto publicado este lunes, el Gobierno estableció reducciones temporales en derechos de exportación para productos del campo, vigentes hasta el 30 de junio. La soja en grano bajará del 33% al 26%, mientras sus derivados —aceite y harina— descenderán del 31% al 24,5%. Cereales como trigo, maíz y sorgo tendrán una tasa única del 9,5%, frente al 12% anterior.

En economías regionales, sectores como azúcar, algodón y tabaco eliminarán por completo sus alícuotas residuales, beneficiando a rubros que generaron más de USD 1.100 millones en exportaciones durante 2024. Claudio Caprarulo, economista de Analytica, calcula que el costo fiscal de estas medidas rondará los USD 800 millones (0,13% del PBI), equivalente a casi la mitad del superávit financiero del año pasado.

Importaciones Personales

Desde diciembre, el límite para compras externas vía courier se triplicó —de USD 1.000 a 3.000—, junto con la exención arancelaria para los primeros USD 400 en bienes de uso personal. Ahora, solo se aplica el IVA a estas transacciones, facilitando el acceso a productos globales sin intermediarios.

Luis Caputo defendió la medida como un mecanismo para democratizar el consumo: «Buscamos que millones de argentinos elijan qué y dónde comprar, recibiendo artículos en sus hogares a precios competitivos». Un estudio de la Fundación Ecosur respalda esta visión: analizando 24 productos de electrónica e indumentaria, el 88% resultó más económico importándolos vía plataformas como Amazon, con ahorros promedio del 40% frente al mercado local. En tecnología, la diferencia superó el 73% en algunos casos.

Estas reformas encapsulan la filosofía económica de Milei: menos intervención estatal y mayor libertad de elección para consumidores y productores. Sin embargo, persisten interrogantes sobre cómo se compensarán los ingresos perdidos —especialmente tras la eliminación del PAIS— y si las provincias están preparadas para asumir responsabilidades fiscales ampliadas.

Mientras el oficialismo celebra avances en simplificación tributaria, opositores señalan riesgos de desfinanciamiento en servicios públicos. El verdadero test llegará en los próximos meses, cuando se evalúe el impacto concreto en variables como empleo, inversión y recaudación. Por ahora, la apuesta parece clara: sustituir impuestos por confianza en el mercado como motor de crecimiento.