El frío no siempre es el aliado perfecto para la conservación de la comida. Repasamos cinco casos paradigmáticos.
Todos coincidimos en que sería muy difícil conservar los alimentos si no tuviéramos heladera, pero eso no significa que todo alimento tenga que ir al refrigerador. De hecho, hay muchas comidas que pierden propiedades importantes en condiciones de frío... y muchas de ellas podrían sorprenderte.
Esta información surgió tras una investigación de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), que catalogó cuáles son los 5 alimentos que no hay que guardar en la heladera si no queremos alterar algunas cuestiones importantes como su sabor o textura.
En este sentido, la profesora Amparo Gamero, perteneciente a la universidad catalana y experta en tecnología de alimentos, brindó un listado de estos alimentos y comentó cuál es el mejor uso posible para nuestras heladeras.
Alimentos que no deben guardarse en la heladera: chocolate
¿Tenés siempre en la heladera algún chocolate para el postre? ¿Te compraste una tableta y querés guardarla para disfrutarla más tarde? Lamentablemente, te tenemos una noticia: chocolate y heladera son una mala combinación.
Según explicó la profesora Gamero, el frío genera una alteración en las grasas del chocolate. Esto causa, entre otros, el conocido problema de la "capa blanca" sobre la cobertura, que muchas personas confunden con un mal estado.
A eso debe sumarse que también otorga una textura más bien granulada, situación que se siente al comerlo.
En este sentido, Gamero aseguró que es fundamental almacenar el chocolate en un lugar lejano a la luz directa, sin demasiadas variaciones de temperatura y, en lo posible, fresco entre 15 y 20 grados.
El pan, otro afectado
Es bastante común ver pan almacenado en heladeras, más aún el pan de molde que suele venderse en paquetes. Pero por más habitual que sea, hay que decirlo: está mal guardado.
La refrigeración afecta la calidad del pan, porque lo endurece y al mismo tiempo modifica su sabor. Gamero explicó que se pierde la consistencia, en parte por la humedad que adquiere en la heladera.
De hecho, es habitual que al retirar el pan de la heladera, quede con una textura un tanto húmeda que no resulta agradable al tacto y mucho menos al sabor.
La profesora recomienda almacenar el pan a temperatura ambiente y en una bolsa de papel o, en su defecto, directamente en el congelador para evitar mayores alteraciones.
Bananas, el eterno sufrimiento
La correcta conservación de la banana debería ser considerada un deporte olímpico. Es que existen incluso memes que describen la dificultad para evitar que esta fruta "se pase" una vez que la retiramos del supermercado o la verdulería.
Uno de los primeros tips es evitar a toda costa la refrigeración. Según señaló Gamero, el frío pausa la maduración y genera que la banana pierda su sabor característico.
Además, causa ese color oscuro en la piel y esa textura gelatinosa en algunas partes, situación que se presenta un tanto desagradable a la vista.
Las bananas debe ser guardadas a temperatura ambiente, y se recomienda siempre mantenerlas alejadas de las manzanas, porque estas emiten un gas que acelera la maduración.
¿Qué hacemos con el ajo?
Desde la universidad catalana aseguran que el ajo no debe guardarse en la heladera, aunque es una elección bastante frecuente. Según señala Gamero, esto genera una germinación en el ajo que le da un sabor mucho más amargo.
La conservación correcta es a 15° y lejos de las papas, en lo posible en alguna alacena o cajón. En caso que vayan a ser consumidos a largo plazo, se los puede colocar en un recipiente hermético de vidrio con aceite de oliva, o congelarlos.
El café también
La conservación del café es fundamental para mantener su aroma y sabor intactos. Y, como ocurre con los alimentos previamente mencionados, no debe refrigerarse.
Es que la humedad de la heladera altera sus propiedades organolépticas, disminuyendo su intensidad aromática. Se recomienda almacenarlo en un recipiente hermético, en un lugar fresco y seco.
Un tip importante
En cuanto a la organización de la heladera, Gamera menciona un tipo esencial para optimizar la conservación de los alimentos. Las carnes y pescados, al ser más perecederos, deben ubicarse en la balda inferior, donde la temperatura es más baja.
Los cajones inferiores son ideales para frutas y verduras, ya que las protegen del frío excesivo. La puerta, al ser la zona menos fría, es adecuada para bebidas, salsas y condimentos.
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