Se abrió el debate: una joven estadounidense que vive en Argentina criticó las costumbres locales
Jóvenes extranjeros revelaron en un video viral las costumbres argentinas que más los sorprendieron desde que llegaron al país.
Por más que uno crea conocer una cultura a través de películas, libros o relatos, la experiencia de vivir en otro país siempre trae sorpresas. Eso fue lo que le ocurrió a Katie, una joven estadounidense que se instaló en Córdoba hace un tiempo y desde entonces no deja de compartir en redes sociales sus impresiones sobre la vida en Argentina.
A través de su cuenta de TikTok, armó un video junto a un grupo de amigos de distintas nacionalidades en el que revelaron, entre risas y asombro, las costumbres argentinas que más los desconcertaron desde que llegaron.
El video, titulado “Las cosas que nos sorprendieron de Argentina”, rápidamente se volvió viral, acumulando miles de reproducciones y comentarios tanto de argentinos que se sienten reflejados como de extranjeros que comparten las mismas sensaciones. En poco más de un minuto, los protagonistas detallan con frescura y espontaneidad pequeñas escenas cotidianas que para un local pueden pasar desapercibidas, pero que para alguien que viene de otro país resultan absolutamente llamativas.
Una de las primeras cosas que llama la atención, según una joven que participa del video, es la informalidad horaria para asistir a eventos sociales: “Los argentinos cuando arreglan para una fiesta, por ejemplo, si es a las nueve, nunca llegan a las nueve, pueden llegar tranquilamente a las diez y créeme que vas a ser primero el que llegó a la fiesta”. La puntualidad, o mejor dicho la falta de ella, parece ser uno de los rasgos culturales más difíciles de asimilar para quienes vienen de países donde llegar a tiempo es casi una norma sagrada.
Otra joven destaca la popularidad de los tatuajes entre los argentinos: “Muchos argentinos tienen muchos tatuajes. Es muy común tener tatuajes acá y que tienen tatuajes como muy chiquitos, muy finitos en todo el cuerpo, en lugar de, no sé, una manga llena de tatuajes... y es muy lindo. Me encanta”. Lejos del estereotipo del tatuaje como un símbolo de rebeldía o marginalidad, en Argentina se percibe más como una forma de expresión personal, estética y socialmente aceptada.
La opinión de otros latinoamericanos
El video también incluye las voces de varios jóvenes mexicanos, quienes notan diferencias marcadas en hábitos domésticos, transporte público y hasta normas de convivencia. Una joven comenta con humor: “Utilizan mucho el horno para cocinar casi todo. En México, el horno es para guardar trastes”. El dato, que puede parecer anecdótico, revela una diferencia profunda en las dinámicas familiares y las prioridades en la cocina cotidiana.
Otro joven mexicano se sorprende por el sistema tarifario de los colectivos porteños: “Una cosa también que me sorprendió es que los colectivos en Buenos Aires... tenés que decirle hacia dónde vas y, depende de eso, te cobran una tarifa. Puede ser más o menos, depende del lugar”. Acostumbrados a sistemas de tarifa plana, la lógica local de precios diferenciados según la distancia recorrida les resulta curiosa y algo confusa.
La percepción del respeto en el ámbito educativo también es diferente. Una joven mexicana se refiere a la informalidad en las aulas: “Aquí llegan siempre a la hora que quieren en las clases, o bueno, no sé si pidan permiso, pero... llegan y se meten así sin pedir permiso. En México eso sería como una falta de respeto y no se puede. Si llegás tarde, ya mejor ni vas”. Esta observación evidencia cómo la flexibilidad horaria argentina se traslada incluso a espacios más formales, como el sistema educativo.
Por último, otro joven comenta dos costumbres muy específicas: “Lo que más me sorprendió de Argentina fue que dentro de la escuela las notas son subjetivas. De los maestros... podés tener buenas respuestas, pero si no son como ellos lo quieren, pues varía. Y también que cuando tomás mate, no podés comer fruta o algo así porque te hace daño”. La mezcla entre lo institucional (las calificaciones académicas) y lo cotidiano (las reglas no escritas del mate) refleja un abanico de códigos culturales que para el recién llegado pueden ser tan desconcertantes como fascinantes.
¿Crítica o anécdota?
El video no pretende ser un análisis sociológico ni una crítica, sino una mirada fresca y honesta sobre los pequeños detalles que definen una cultura. La viralidad del contenido radica justamente en esa capacidad de observar lo cotidiano desde una óptica ajena, que devuelve a los argentinos una imagen inesperada y, muchas veces, entrañable de sí mismos.
Las diferencias culturales no son obstáculos, sino puentes. Y en un mundo cada vez más globalizado, estos intercambios —por más triviales que parezcan— nos enriquecen, nos hacen reír y, sobre todo, nos permiten vernos con otros ojos.
Lo que para algunos es "llegar tarde a propósito", para otros es simplemente el ritmo natural de la vida. Lo que para un mexicano es un armario (el horno), para un argentino es la pieza central del almuerzo del domingo. Y lo que para muchos extranjeros puede ser una simple infusión amarga, para los locales es un ritual cargado de normas implícitas, afecto y comunidad.
Gracias a la curiosidad de Katie y sus amigos, y al poder de las redes sociales, estas costumbres ahora también son parte de una conversación global.
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