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La Mañana Milei

Se terminó la resaca romana: Javier Milei volvió de Italia y se reencontró con tres grandes problemas

En los últimos días del año, el Presidente debe enfrentar el escándalo del exsenador Edgardo Kueider, la tensa relación con Victoria Villarruel y el acuerdo con Mauricio Macri.

Javier Milei concretó este fin de semana su sexto viaje a Italia desde que asumió la jefatura del Estado. Estuvo en Roma y fue recibido por la primera ministra Georgia Meloni. También estuvo muy cerquita del Vaticano, pero no pisó ni por un segundo el territorio donde el papa Jorge Mario Bergoglio sigue sin definir si vendrá a la Argentina.

Lejos de esa preocupación y posiblemente cada vez más convencido de que Francisco no vendrá pronto al país, el presidente regresó en el comienzo de esta semana. Arribó con la misma euforia económica que mantiene desde que cumplió su primer año de Gobierno. También volvió a cruzarse con las tormentas que arreciaban el miércoles pasado, mientras una sesión del Senado debatía el futuro del entrerriano Edgardo Kueider.

Milei dejó Buenos Aires el jueves, mientras una sesión de la Cámara Alta debatía el futuro del legislador que fue detenido el primer miércoles de diciembre en Paraguay, proveniente de Brasil, acompañado por su secretaria. Kueider llevaba 211.000 dólares en efectivo que no había declarado y cuyo origen no pudo explicar. Fue detenido in fraganti y se transformó en el primer senador argentino detenido en el exterior. Por esa razón fue apresado preventivamente sin que pudieran protegerlo los fueros que establece la Constitución y la ley. Tampoco pudieron protegerlo en el Senado los acuerdos que se habían negociado para una salida controlada, es decir, suspensión y desafuero o una renovación de licencias hasta que termine su mandato. Todos los esfuerzos estaban puestos en evitar que una salida repentina de Kueider le dejará la banca a la segunda en la lista, Stefanía Cora, del kirchnerismo. Cuando ella jure aumentará la bancada de Unión por la Patria de 33 a 34 bancas.

voto senador

El presidente se fue justo cuando la sesión ya había comenzado y desde ese momento comenzó una controversia que volvió a hacer crujir el vínculo con Victoria Villarruel. Mientras ella presidía la sesión para tratar el caso Kueider, Milei estaba despegando hacia Roma. No firmaron el acta de traspaso de mando y en términos técnicos, Villarruel no quedó al frente del Ejecutivo hasta las 19, tres horas después de que finalizó la sesión, pero con un resultado totalmente distinto al que esperaba cuando comenzó. Kueider fue finalmente expulsado del Senado por 60 de sus 72 integrantes. El resultado fue abrumador, pero perjudicial para el oficialismo y el PRO, que pudieron advertir una victoria abrumadora de UxP, la fuerza que una semana antes había pedido la sesión para sacar al entrerriano.

Ante semejante revés, el Gobierno alimentó la posibilidad de declarar nula la sesión. Milei dijo que Villarruel no podía conducir la sesión porque lo estaba reemplazando al frente del Ejecutivo. Sin embargo, el que estaba en falta fue Milei, que nunca concretó el traspaso notarial que debe realizar el escribano General de Gobierno. En la Rosada aseguraron que le habían avisado, pero en el Senado hablan de otra realidad. Cuentan que desde la caída de Kueider se habían retomado los contactos con la Rosada, incluso con los colaboradores del estratega presidencial Santiago Caputo. Incluso el mismo día de la sesión hubo tres comunicaciones telefónicas con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para transitar un debate que empezó con pocas preocupaciones y terminó con una derrota.

Junto a la ofensiva de Milei, Kueider movió sus fichas desde Asunción. Presentó un amparo reclamando que la sesión era nula y luego sostuvo que fue negado su derecho a defensa. También hizo propias las palabras de Milei. Todo quedará en manos del juez contencioso Enrique Lavié Pico, que podría darle la razón al ahora exsenador en parte de sus reclamos, pero con muy pocas posibilidades de declarar nulo el debate de otro poder del Estado.

Villarruel ni se despidió de Milei cuando partió de nuevo a Roma. Tampoco se comunicó durante el desarrollo de la crisis por Kuieder. El Presidente le hizo saber a la distancia que la sesión estaba mal hecha y la titular del Senado guardó silencio, quizás porque sabe que no hay forma de que Kueider vuelva al Senado.

Antes del regreso presidencial a Roma, comenzaron algunos gestos para evitar que la crisis escale. El pasado domingo Guillermo Francos dijo que no era grave porque el número estaba y que podía realizarse una nueva sesión donde Kueider volvería a ser expulsado. Con ese mensaje de la Rosada, Villarruel movió sus piezas y usó su cuenta de X para hacer su aporte de descompresión.

La vuelta de página de Victoria Villarruel

"Me acuerdo como si fuera ayer cuando éramos solo dos diputados con el presidente Milei contra el kirchnerismo, que es el mismo que está ahora porque no cambiaron ni un nombre. Nos hacían la vida imposible, nos destrataban e intentaban denigrarnos en cada oportunidad que tenían; pero a pesar de eso nos acompañamos sabiendo que el destino de la Argentina era brillante", escribió la titular del Senado. No lo hizo para hablar sobre Kueider ni la sesión, sino para mostrar fidelidad y despegarse del Partido Moderado, la fuerza santafesina autodeclarada de "centroderecha", que salió a respaldar a Villarruel ante "los ataques" de Milei.

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El pronunciamiento le sirvió a la vice para ratificar que nunca fue moderada. "Ante comunicados recientes de algunos partidos políticos que se arrogan la representación de mi persona y mis ideas, quiero expresar que hoy no hay lugar para la “moderación”. No estoy participando de ningún armado político y cuando lo haga, lo haré donde el Presidente Milei me lo pida. Soy parte del espacio que gobierna nuestro país, desde su misma fundación, y aquí me quedaré defendiendo las convicciones que nos llevaron a encontrar un camino común al presidente Milei y a mí."

Villarruel no se metió en la polémica sobre la validez de la sesión que echó a Kueider, pero con su mensaje abrió un paraguas para que esa diferencia no fragilice aún más un vínculo marcado por la desconfianza. La vice buscó dar una vuelta de página tras el estrepitoso fracaso de la última estrategia que había acordado con el Gobierno.

Cuando convocó la sesión, no solo sumó el pedido de expulsión de Kueider, otro proyecto para suspenderlo y su pedido de licencia. Incluyó otro para suspender al senador neuquino Oscar Parrilli porque está procesado en la causa que investiga la firma del Memorandum de Entendimiento con Irán durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

La idea de tapar el escándalo Kueider con pegarle a Parrilli no funcionó y volvió a desnudar las fallas defensivas del oficialismo. En este caso fue una victoria en todos los sentidos para UxP.

"El gobierno de Milei tiene miedo de que Kueider hable sobre el origen de los fondos, tienen miedo de lo que pueden decir el resto de los senadores aliados a él, como Camau Espínola y los dos senadores misioneros, Arce y Rojas Decut, que también fueron en la boleta del FdT, pero luego se pasaron a las filas de LLA”, le dijo el senador a LMNeuquén.

Senador Edgardo Kueider

También deslizó que se debería investigar la gestión de Kueider como director de la distribuidora eléctrica de Entre Ríos (ENERSA), que "en lo que va del gobierno de Milei aumentó un 380% el VAD, es decir, el componente de la factura eléctrica que pagan los entrerrianos y va directamente a dicha empresa". Se refiere al componente que mendionaron los exfuncionarios Nicolás Gadano y Gustavo Lopetegui, que reportaron a Macri, durante una transmisión de stream como fuente de financiamiento de actividades indeterminadas.

Kueider juega con su silencio y Milei quedó pegado, quizás para protegerlo o al menos, para demostrarle que lo acompañó hasta donde pudo. La ruta del dinero que no pudo explicar es un punto que podría empeorar en los próximos meses.

Lidiar con Mauricio Macri

De regreso a Buenos Aires, Milei también volvió a lidiar con la indeseada omnipresencia de Macri. El jueves también estuvo presente. La fractura más reciente del PRO sucedió en esa jornada y fue con el cordobés Luis Juez, que exigió hasta las últimas consecuencias que echaran a Kueider. Los tiempos se aceleraron en la previa de la sesión, porque la jueza federal Sandra Arroyo Salgado ordenó la detención del senador, pidió su desafuero y ordenó una serie de allanamientos que se concretaron ese mismo día.

Uno de ellos llegó al tercer piso del Senado y obligó a Villarruel a ordenar que parte del cuerpo de seguridad blindara la planta y precintara el despacho. Es el "hecho nuevo" que mencionaron distintos senadores del PRO antes de la sesión para avanzar con el desafuero, pero la posibilidad no fue valorada. Era la expulsión que beneficiaba al kirchnerismo o una suspensión incómoda que los podía dejar muy expuestos ante la opinión pública, más enfocada ahora que una jueza había movido una pieza letal en un momento muy bien elegido que también disparó sospechas.

Macri milei

La medida de la magistrada le sirvió como punto de fuga a la mayoría de la UCR, que dejó de lado la suspensión y se aferró a la expulsión del entrerriano. En el PRO hablan de una discusión entre Macri y Juez que no llegó a buen puerto. Fue el prólogo del comunicado inusual que sacó el Consejo del partido para sostener la idea de suspensión y desafuero en lugar de una expulsión. Sucedió el jueves después de las 16:30, cuando el oficialismo había pedido un cuarto intermedio para tratar de encontrar una salida. No la hubo, cuentan en el bloque amarillo, porque Juez no aflojó y en respuesta Macri convenció a otros cuatro senadores a que se olvidaran de la idea de la expulsión.

Al día siguiente, Macri reunió al Consejo Nacional del PRO en Abasto y amagó con provocar un distanciamiento. El magnate habló de quitarle todos los apoyos en el Congreso y competir el año que viene sin cerrar listas con La Libertad Avanza. En la Casa Rosada dicen que no lo necesitan.

El expresidente promete venganza, pero sabe que está acorralado, porque el electorado del PRO que votó a Milei podría castigarlo si le quita el apoyo.

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