¿Tambalea el Presupuesto 2025?: entre amagues y tensiones, la negociación sigue estancada
Luego de un finde largo de negociaciones y diálogo, desde la Casa Rosada estiran el tratamiento del presupuesto. ¿Qué resolverá el oficialismo?
El último fin de semana largo del año fue extremadamente corto para los gobernadores, que lo pasaron negociando con la Casa Rosada. El ritmo de trabajo fue intenso, pero los resultados fueron revisados este martes por la mañana en el primer piso de Balcarce 50. Fue una mesa de tres. Participaron el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem; el titular de la comisión de Presupuesto de ese recinto, José Luis Espert y el asesor presidencial, Santiago Caputo. Después de revisar los últimos diálogos con las provincias, tomaron una decisión que se mantuvo en secreto hasta las 14, cuando faltaba una hora para reanudar la reunión de comisión que, hasta ese momento, tenía el objetivo de llegar a un dictamen de mayoría del Presupuesto 2025.
Con puntualidad prusiana, Espert se puso al frente de una escenografía preparada desde las 11:30 de la mañana para brindar una conferencia de prensa. El economista solo se limitó protagonizar un anuncio, y a la vez, un termómetro político sobre la fragilidad de la negociación presupuestaria que el Gobierno arrastra desde el 15 de septiembre, cuando Javier Milei eligió encabezar una presentación del Presupuesto 2025 ante el recinto de la Cámara Baja, con la pretensión de reunir a una asamblea legislativa que escuchara su presentación.
Entre aquella escena pretensiosa de mediados de septiembre y el anuncio que hizo Espert este martes a las 14 solo han pasado dos meses y cuatro días. "La voluntad es seguir trabajando para lograr los consensos necesarios para tener el presupuesto. En las próximas semanas, si hubiera avances en este sentido, el Poder Ejecutivo evaluará la posibilidad de convocatorias extraordinarias para su tratamiento", espetó el excompañero de fórmula de Javier Milei para resumir, en pocas palabras, que la negociación se había complicado, al punto de obligarlos a suspender la reunión de comisión que tenían prevista para las 15.
El plan original que había sobre vendido el oficialismo hasta el viernes se había desbaratado. No quedó margen para llegar a un dictamen antes de este miércoles, el último día habilitado para hacerlo, a diez días del cierre del período de ordinarias, previsto para el 30 de noviembre. Con sus palabras, Espert no solo admitió que no llegaban con los tiempos que se habían fijado, sino que también desmintió a Guillermo Francos.
El jefe de Gabinete había dicho hace dos semanas que no tenían previsto convocar a sesiones extraordinarias del Congreso. Espert dijo lo contrario y sujetó una eventual convocatoria a destrabar la negociación presupuestaria. Si no se desatan los nudos, el diputado no lanzó ninguna advertencia. No hizo falta, porque en Balcarce 50 repiten desde hace tres semanas que prefieren seguir gobernando el año que viene sin un presupuesto votado por el Congreso. A veces suena a deseo y otras aparece como una fatalidad derivada de la negociación que llevan a desgano. Si todo sigue estancado, como anunció Espert, el Ejecutivo volverá a prorrogar y reconducir el plan de cuentas nacionales que el Congreso sancionó a fines de 2022 para el último año de mandato de Alberto Fernández.
Por ahora sigue siendo otro amague del Gobierno, pero cada vez más cerca de hacerse realidad ante una negociación presupuestaria que viene muy complicada desde el jueves, después de la reunión que mantuvieron 18 gobernadores peronistas, radicales y macristas en el Consejo Federal de Inversiones. Los diez mandatarios de JxC consensuaron cinco puntos básicos que resumen buena parte de los reclamos que le hacen al Gobierno desde principios de año. La reunión de este martes por la mañana en Casa Rosada fue el cierre de un fin de semana largo sin una sola respuesta favorable para los gobernadores que exigían respuestas reales y también para aquellos que estaban dispuestos a recibir algún gesto a cambio de permitirle al Gobierno contar con un presupuesto votado por el Congreso para el año electoral que se avecina.
Espert no dio por cerrada la negociación. Los gobernadores de JxC tampoco. Mucho menos los peronistas. Todos los consultados asumen que el nivel de tensión se incrementó en las últimas horas y que hay grandes chances de que no haya Presupuesto 2025. Pero no está todo dicho. Las jornadas que se vienen seguirán siendo determinantes, pero también estarán cargadas de gestos y señales vinculadas a la negociación presupuestaria que sigue sin cerrar. Entre los próximos capítulos que se escribirán desde ahora en adelante se seguirá cocinando la negociación prespuestaria, pero cada vez con menos chances de salida y más golpes y magulladuras para todos los involucrados.
Además del presupuesto 2025, el debate por la Ficha Limpia y el DNU
El PRO solicitó una sesión especial para este miércoles a las 12. El temario incluye el voto postal para argentinos en el exterior, una modificación al Código Penal sobre reincidencia y reiterancia y el plato fuerte: el tratamiento del dictamen de mayoría de Ficha Limpia, que impide una candidatura para cualquier ciudadano con condena en segunda instancia.
El peronismo va con uno de minoría que aplica la prohibición de postularse cuando hay condena firme de la Suprema Corte. Pero los coletazos de la negociación por el Presupuesto ya dejaron un primer saldo, porque una parte de los impulsores del dictamen de mayoría no darán cuórum para iniciar el operativo desquite y marcarle la cancha al Gobierno. La especulación opositora es que si sancionan esta norma, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner podría volver a ser candidata el año que viene. No es la única que respiran en esos bloques. En el PRO sospechan del Gobierno y creen que no hay interés alguno en obturar la postulación de Cristina para el año que viene.
Ficha Limpia será el primer termómetro después del cimbronazo que provocó la suspensión de la reunión de este martes. Se espera otro movimiento telúricio el jueves, aunque por ahora no sale del amague. Si radicales rebeldes, pichettistas y peronistas cierran un poroteo promisorio, intentarán volver a la carga con el intento fallido del martes pasado: buscarán reformar la Ley 26.122, que regula los DNU, y también tratarán el decreto 846/24, que le permite al Palacio de Hacienda a reestructurar deuda sin pasar por el Congreso ni cumplir con la Ley de Administración Financiera que obliga a conseguir mejor interés, un plazo superador y quita de capítal.
Hace una semana no pudieron reunir el cuórum y quedó al desnudo una debilidad del panperonismo, que no contó con nueve de sus 99 bancas por la resistencia de algunos gobernadores, como el catamarqueño Raúl Jalil, junto a un puñado de faltazos por problemas de salud que también sonaron a disidencias.
El tratamiento del DNU 846 puede condensar las broncas de los gobernadores que la semana pasada no quisieron apoyar la sesión. La semana pasada estaban esperanzados de llegar a un presupuesto posible y ahora lo ven cada vez más lejos. El Gobierno no cerró la negociación por completo.
Los mandatarios provinciales titubean entre dañar el DNU 864 y cristalizar el desquite o transformar la sesión en otro amague que les sirva para seguir negociando, cada vez más condicionados por una Casa Rosada que ya diseña una nueva prórroga del último presupuesto sancionado por el Congreso en 2022.
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