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Un árbitro de fútbol con pasado de milagro: a los 18 cayó al vacío desde un acantilado y sobrevivió

Le llevó meses recuperar la movilidad, pero lo logró y después, nunca abandonó los deportes. Ahora debutó como réferi principal en la Liga de Comodoro Rivadavia.

Aquel 1° de diciembre de 2012 será recordado por siempre por Pablo Esteban Aguirre Hocko, el hoy árbitro de fútbol de la Liga de Comodoro Rivadavia, en Chubut, quien por entonces, con solo 18 años, portagonizó un accidente (o un milagro, según como se vea) que cambió su vida para siempre.

El adolescente que cursaba el primer año del polimodal en la Escuela de Arte local, aprovechó unas horas libres de la escuela y se fue con un grupo de compañeros a pasear por el Chalet Huergo, la tradicional casona que perteneció a YPF y está en lo alto sobre al mar.

La excursión incluía un desafíó de esos típicos de la edad, intentar bajar hasta la playa por un sendero empinado entre las rocas empinadas. Y salió mal.

En eso estaba cuando se desencadenó el percance, que sucedió en cuestión de segundos. Al intentar bajar, una parte de la superficie de apoyo que estaba pisando se desmoronó, y Pablo perdió el equilibrio.

Cayó desde casi 30 metros de altura, golpeando violentamente contra las rocas, ante el susto y la desesperación de sus amigos.

“Dicen que pise mal y me fui con tierra y todo para abajo", contó quien está convencido de que se salvó porque los escombros que se precipitaron junto con él amortiguaron el impacto. Como sea, increíblemente sobrevivió. “Volví a nacer”, lo sintetiza él.

Meses de recuperación

El resultado del accidente fueron múltiples traumatismos en el cuerpo y severas heridas en la cabeza. Y varias notas en la prensa local, con fotos del operativo de rescate y traslado del chico que se había accidentado y peleaba por su vida.

"Del momento del accidente tengo flashes, no me acuerdo mucho. Si sé que ese día teníamos 3 o 4 horas libres en el colegio, y aprovechamos que el día estaba lindo y fuimos hasta el Chalet”, rememoró en diálogo con ADN Sur.

Pablo fue trasladado de urgencia al hospital, donde los médicos realizaron diversos estudios, entre ellos tomografías, para evaluar el daño cerebral.

"Fue un golpe muy duro en la cabeza, me cocieron con varios puntos. Estuve cerca de un mes en recuperación, necesitaba un bastón para mantenerme de pie. Gracias a Dios, pude sobrevivir", relata.

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En 2012 el hoy réferi Pablo Aguirre tenía 18 años y cayó desde 30 metros de altura en la zona del histórico Chalet Huergo, en Comodoro Rivadavia. 

En 2012 el hoy réferi Pablo Aguirre tenía 18 años y cayó desde 30 metros de altura en la zona del histórico Chalet Huergo, en Comodoro Rivadavia.

A lo largo de ese proceso, Pablo contó con el incondicional apoyo de su familia, amigos y compañeros del colegio. A pesar de las dificultades, cuenta, nunca perdió la voluntad y la energía para ponerse bien.

"Me costaba mucho al principio caminar, hasta que con la rehabilitación logré estabilizarme. Extrañaba muchísimo jugar al fútbol y básquet. Estuve unos 5 meses sin poder practicar ningún deporte", recuerda.

Un viaje a El Bolsón después del accidente fue el punto de inflexión en su recuperación. Allí, tomó consciencia de lo que había sucedido y decidió que debía volver a empezar.

"Básicamente volví a nacer. Ahí cambié el chip, me ayudó mucho mantenerme fuerte psicológicamente", aseguró.

De correr 12K a ser árbitro de fútbol

Poco a poco, comenzó a trotar nuevamente y a recuperar su estado físico. "Siempre fui polideportista. Practiqué taekwondo, futsal y básquet en el Colegio Domingo Savio, luego en Gimnasia y Esgrima y en Municipal Pueyrredón".

La "memoria muscular" no se había atrofiado tanto, según relata. Su pasión por la actividad física lo tuvo tiempo después corriendo un maratón de 6K, que más adelante, cuando se incorporó a las Fuerzas de Seguridad, llegaron a ser 12k.

Quizá porque supo muy joven lo que significaba el riesgo de quedar postrado o con la movilidad reducida, durante años se mantuvo activo con los deportes. Y aunque hoy ya no tiene tanta actividad física, sigue manteniéndose en forma.

Hoy, además de formar parte de la banda militar, Pablo se ha convertido en árbitro y juez de línea en la Liga de Fútbol de Comodoro Rivadavia. Participa en partidos de los torneos de Primera división A, B, integración y femenino.

El sábado 14 de septiembre de 2024 quedará grabado en su memoria, ya que dirigió por primera vez como árbitro principal en un encuentro oficial entre Oeste Juniors y Universitario, marcando un nuevo hito en una vida que siempre se mantuvo cerca del deporte.

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