Se trata de una de las marcas más reconocidas a nivel mundial. Sin embargo, una multiplicidad de factores la acercan a la quiebra.
Desde hace décadas, el jugo de naranja ha sido sinónimo de desayunos familiares en todo el mundo. Sin embargo, una de las empresas más icónicas de este mercado, fundada en 1947, lucha hoy por evitar el colapso financiero. Así es: una de las marcas más reconocidas del mundo podría quebrar y desaparecer.
Los dueños actuales de este jugo son PAI Partners, un conglomerado europeo que adquirió la mayoría accionaria de PepsiCo en 2020. Desde allí inyectaron recientemente un préstamo urgente de 30 millones de dólares para sostener operaciones.
Sin embargo, la crisis tiene un vértice más: PepsiCo, aún accionista minoritario, redujo el valor de su participación en 135 millones el último trimestre, según reportes de CNN.
Los números no mienten: los ingresos trimestrales cayeron un 4%, mientras que las ganancias corporativas se desplomaron un 10%, según datos de Debtwire. Pero, ¿de qué jugo hablamos?
La histórica marca de jugo al borde de la quiebra
Se trata nada menos que de Tropicana, el jugo por excelencia en Estados Unidos junto al Minute Maid (aquí conocido como Cepita), en ese último caso de la empresa rival.
Pero ¿qué llevó a este gigante a la cuerda floja? Tres factores convergen. Primero, el clima: Florida, principal proveedor de cítricos, enfrenta huracanes cada vez más destructivos. En 2024, el huracán Milton arrasó el 70% de las zonas cultivadas, según Matt Joyner de Florida Citrus Mutual. Segundo, una plaga de insectos devora las cosechas, pudriendo frutos aún en los árboles. Tercero, los consumidores priorizan opciones menos azucaradas, como aguas gasificadas o tés, abandonando el tradicional vaso de jugo.
Este cambio de hábitos es drástico. Una encuesta de Mintel reveló que solo el 19% de los estadounidenses considera el jugo de naranja una buena inversión. Paradójicamente, su precio se duplicó desde 2020 –alcanzando récords históricos– debido a la escasez de materia prima. El Departamento de Agricultura prevé la peor cosecha en 88 años, lo que explica decisiones como la de Alico, proveedor clave de Tropicana, que abandonó el cultivo de cítricos en Florida por su inviabilidad económica.
El sector minorista tampoco ayuda. Las ventas físicas caen frente al auge del comercio electrónico, forzando a cadenas a cerrar tiendas o reinventarse. Analistas de Bloomberg advierten que solo sobrevivirán los negocios que ofrezcan experiencias personalizadas, algo complejo para productos masivos como los jugos. Mientras, marcas emergentes capturan audiencias con bebidas funcionales o bajas en calorías, alejándose del modelo tradicional que Tropicana representa.
En este escenario, la pregunta es si la empresa podrá adaptarse. Es que si bien su nombre evoca nostalgia, sobre todo en el mercado norteamericano, eso no alcanza para evitar. La combinación de desastres naturales, preferencias cambiantes y crisis logísticas pinta un futuro incierto. Si no logra innovar –ya sea diversificando su portafolio con opciones saludables o optimizando costos–, el ocaso de este ícono podría marcar el fin de una era para la industria de bebidas.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario