Chucky Monsalvo, el ladrón de Comodoro Rivadavia que se la pasa en el banquillo de los acusados
Con 35 años, sigue engrosando su prontuario. En los últimos 6 meses tuvo que afrontar tres veces a la Justicia. Los hechos que le adjudican.
Cristian “Chucky” Monsalvo, un viejo conocido de la Justicia de Comodoro Rivadavia, volvió a enfrentar una audiencia judicial esta semana. Con un importante historial delictivo en Chubut, en los últimos seis meses tuvo que sentarse al menos tres veces en el banquillo de los acusados, por delitos variados.
El pasado 10 de febrero, Monsalvo fue detenido en la vecina provincia de Santa Cruz tras ser acusado de estafar a comerciantes mediante el uso de comprobantes de pago falsos. En total, se le atribuye haber engañado a más de diez personas con esta modalidad delictiva, que creció con el auge de las billeteras virtuales y los pagos con QR.
No era la primera vez que caía en manos de la Policía en los últimos meses. En septiembre de 2024, ya había sido arrestado en Comodoro Rivadavia cuando iba circulando alegremente en un vehículo robado.
Sus antecedentes, en rigor, se remontan a 2015, cuando el Ministerio Público Fiscal registró una orden de prisión preventiva en su contra en el marco de la investigación de un delito.
En 2018, en tanto, en un juicio abreviado Chucky aceptó una pena de cumplimiento efectivo por seis años de prisión, asumiendo la autoría de un robo con arma de fuego a una bicicletería, cometido el 1° de marzo de ese año, según se informó oficialmente.
Siete años despuiés, Monsalvo volvió a verse obligado a presentarse en una audiencia judicial, en este caso por la apertura de investigación de un robo cometido el 22 de diciembre de 2022 en la ciudad petrolera.
Según informó la fiscalía, ese día, entre las 15 y las 16 horas, Chuky Monsalvo y un cómplice que no pudo ser identificado, llegaron en moto a una casa ubicada en la calle Los Italianos al 600, en el barrio San Martín de la ciudad petrolera.
Tras forzar un ventanal, ingresaron al domicilio y sustrajeron diversos objetos de valor, incluyendo una notebook, un teléfono celular, tres mochilas y una cámara digital, para luego escapar con el botín.
Las investigaciones posteriores llevaron a un allanamiento en la vivenda de Monsalvo, donde los investigadores dieron con varios elementos vinculados al hecho.
Con esa evidencia, la fiscalía calificó el delito como "robo simple" y señaló a Chuky como "coautor", por lo que ahora, solicitó que se establezca un plazo legal para finalizar la investigación en contra del sospechosos. Pese a los antecedentes, no pidió medidas de coerción contra el acusado, que esta vez atravezará el proceso en libertad.
Durante la audiencia, la fiscal del caso solicitó formalizar la imputación, mientras que la defensa se opuso argumentando que no existían pruebas suficientes. Sin embargo, la jueza penal resolvió autorizar la apertura de la investigación con un plazo de seis meses y notificó a Monsalvo, quien continuará sometido al proceso, otro más en su contra.
Condena a un conocido estafador de Comodoro Rivadavia
El procesamiento de Chuky se conoció casi al mismo tiempo que la condena a otro delincuente conocido en Comodoro: el estafador César “Chatrán” Hernández, quien acordó una pena de 3 años y 3 meses de prisión de cumplimiento efectivo en una causa por los engaños a incautos compradores con ventas truchas desde perfiles falsos de Facebook.
En una audiencia de juicio abreviado realizada el último miércoles en los tribunales de Comodoro Rivadavia, luego de que fue revocado un primer fallo que lo sobreseía, el imputado aceptó voluntariamente su participación y responsabilidad en seis hechos de estafas simples.
Sucede que el condenado tiene un recorrido bastante extenso como engañador serial, vinculado al menos desde 2016 a distintos hechos, con acusaciones de delitos como lesiones leves, abuso de armas, portación de arma de guerra sin autorización, estafa y evasión.
Según medios de Chubut, incluso, tenía vínculos con integrantes de la comunidad gitana que se dedicaban a la comercialización de autos robados. Y además, contaba con denuncias por manejo de una supuesta red de prostitución en las ciudades de Trelew, Rawson, Comodoro Rivadavia y Esquel.
Las estafas por las que finalmente condenaron a Hernández, según se pudo acreditar antes del acuerdo en juicio abreviado, se llevaron a cabo ante compradores de distintas ciudades y localidades de la provincia, y con varias modalidades, dependiendo del tipo de bienes que ofrecía falsamente a la venta por Facebook.
Según detalló el Ministerio Público Fiscal, el mecanismo para el engaño solía comenzar con publicaciones de tentadores artículos en Facebook a buenos precios.
Obviamente, en las páginas donde el condenado publicaba sus oferta, utilizaba perfiles falsos en los que se hacía pasar por un experto comercializador de distintos rubros, según el artículo que utilizaba para captar a desprevenidos compradores.
En general, ofrecía artículos de rápida salida y alta demanda, como cubiertas de auto, materiales de construcción o teléfonos celulares. Siempre, por supuesto, a precios de mercado muy competitivos.
Una vez que le manifestaban interés en algunos de sus artículos, iniciaban conversaciones directas con sus incautos compradores, desde Facebook a través de Messenger, o eventualmente por WhatsApp.
En esa instancia, para concretar sus estafas Hernández exigía adelantos de dinero y pedía que los pagos se realizaran por transferencia a una cuenta bancaria a su nombre. Ese era el último contacto: concretado el pago, los productos nunca eran entregados. Y él no aparecía más.
El experto engañador serial cayó de una manera muy ingenua: en febrero de 2024, cuando llevaba meses con pedido de captura y prófugo, publicó un reel en Facebook y en una de las fotos se lo veía en un restaruant de Tigre, en la zona norte del Gran Buenos Aires.
La policía porteña hizo algunas averiguaciones en el lugar y lo atrapó cuando estaba allí, sentado solo en una mesa, como un cliente más.
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