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La escuela de Chubut donde los chicos cultivan mejillones y aprenden cuidando los recursos del mar

Ubicada en la localidad costera de Camarones, desde fines de los 90 tiene un plan de estudios de vanguardia, que terminó con la deserción y da oportunidades a futuro.

La escuela 721 Caleta Hornos, en la pequeña localidad costera de Camarones, en Chubut, se prepara para celebrar en este 2025 sus 40 años de historia, que la encuentran consolidada como una propuesta educativa de vanguardia, que hizo punto en algo tan esencial como combinar la enseñanza con lo que más abunda en el lugar: los recursos del mar.

Allí, junto al océano atlántico Sur, nació un proyecto académico pionero en el país y que hoy no solo define el futuro laboral de los jóvenes del pueblo, sino que se replicó en otros lugares de la provincia patagónica con características similares.

En sus orígenes, la 721 era un secundario standard, del que los estudiantes egresaban como Peritos Contables. Pero hacia finales de los años ‘90, la matrícula no paraba de bajar. La deserción era muy alta.

En ese contexto, el director de ese momento, Darío Funes, y un profesor de Matemática y Física, Daniel Figliuolo, ambos apasionados por la pesca, decidieron darle un giro al programa de estudios, acaso sin saber la enorme contribución que le harían a su gente.

“Estamos, literalmente, al lado del mar. Y los dos pensaron en vincular ese recurso con el porvenir de los estudiantes, así que convirtieron al colegio en un Comercial con una especialización en Biología y Pesca”, rememoró Agustín Silfeni, actual vicedirector del colegio, en diálogo con TN. Y agregó: “Poco tiempo después se dieron cuenta de que tenían que ir más a fondo, y empezaron a trabajar en el cambio del plan de estudio para armar finalmente la Tecnicatura en Biología Marina, Pesca y Acuicultura”.

Aquella decisión respondía a un doble objetivo: formando a los jóvenes locales no sólo podrían cuidar del agua que baña las costas de Camarones y sus abundantes recursos, sino también darle a esos chicos herramientas para progresar en sus vidas.

Un aprendizaje en contacto con el mar

Lo cierto es que hoy, hace ya décadas, los alumnos aprenden los secretos de la flora y fauna marina, el trabajo en los barcos y hasta la elaboración de productos derivados del mar.

Actualmente en la escuela de Caleta Hornos aprenden 195 estudiantes, de los cuales el 40% son mujeres. Todos completarán 7 años de cursada, para luego ir a buscar con muchas herramientas su destino profesional: “El 80% de los egresados se va del pueblo para cursar una carrera universitaria, que en más de la mitad de los casos está relacionada con la Tecnicatura. Y para el 20% que se queda hay una salida laboral de espectro amplio, porque de diferentes compañías vinculadas con la especialización del colegio nos piden constantemente referencias de estudiantes”, explicó el vicedirector, que conduce la escuela junto al director Jorge Álvarez.

El secundario comparte un edificio con la Primaria N°16, en medio del pueblo y a tres cuadras de la costa. Pero hace un tiempo, sus responsables resolvieron construir a orillas del mar un laboratorio y criadero de moluscos con una planta procesadora de productos que cumple todas las normas de seguridad vigentes. Tanto, que está habilitada por del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).

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Las distintas actividades de los alumnos de la escuela de Chubut que forma expertos en recursos del mar.

Las distintas actividades de los alumnos de la escuela de Chubut que forma expertos en recursos del mar.

Fue el resultado de una estrategia para aprovechar los recursos del mar, cuidarlos y administrarlos con sostenibilidad y un plan de negocios sólidos, como en cualquier emprendimiento de este tipo, pero en este caso, orientado también a educar.

Con esa consigna, iniciaron allí la cría de mejillones. “Tenemos varias salas y equipos de refrigeración para hacer todo el proceso biológico completo, controlado por técnicos y por estudiantes”, contó el vice.

Realizamos el procedimiento de la inseminación artificial, a través del cual obtenemos unos 40 millones de larvas por cada una de las 7 puestas que hacemos en el año. Se recrea el hábitat natural de estos moluscos en tanques y piletones que mantenemos a la temperatura adecuada, pero además producimos hasta unos 20.000 litros anuales de fitoplancton, que es el alimento para estos animales”, amplió sobre la actividad que los chicos de la escuela llevan adelante como protagonistas.

Guiados por sus docentes, los chicos también revisan, controlan, arreglan y limpian las líneas de cultivo que están, ya, en las aguas del mar.

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Además de mejillones vivos, en la escuela elaboran y envasan mejillones en escabeche, que luego venden a comercios de distintas ciudades de Chubut. 

Además de mejillones vivos, en la escuela elaboran y envasan mejillones en escabeche, que luego venden a comercios de distintas ciudades de Chubut.

“Al cabo de dos años, cosechamos los mejillones. Los más grandes, los que tienen de 6 a 8 cm de largo total, los vendemos vivos a vecinos de Camarones y a restaurantes locales, de Comodoro Rivadavia y de Trelew, porque tenemos una camioneta habilitada por el SENASA. Comercializamos hasta 5 toneladas anuales. Y a los moluscos más chicos les agregamos valor porque los envasamos en escabeche. Los años en que no tenemos marea roja elaboramos unos 2.000 frascos por año, que se venden en locales del pueblo y de Trelew, desde almacenes hasta estaciones de servicio”.

El potencial productivo es mucho mayor pero, claro, además hay que dar clases. “La institución forma técnicos y futuros productores, por lo que la producción es limitada para no abandonar el objetivo del colegio”, agrega el Vicedirector.

En 2007 hicieron un convenio de intercambio con una institución homóloga del País Vasco que desde entonces, año a año les permite enviar a España a tres alumnos y un profesor, durante tres meses, en un intercambio muy enriquecedor. De hecho, posteriormente dos profesoras de Camarones ganaron una beca y viajaron a esa escuela de acuicultura para recibirse de técnicas y volver a enseñar a la Argentina.

Biosensores en el mar

“También armamos prácticas para la UTN de Puerto Madryn y de Comodoro Rivadavia, y contamos con el asesoramiento del Conicet y de la UBA. Con ese apoyo ahora estamos llevando adelante un proyecto para instalar biosensores en el mar, para medir los parámetros fisicoquímicos del agua, temperatura, salinidad”, reveló el docente..

El plan de estudios de esta escuela de Camarones inspiró dos proyectos similares, uno de los cuales ya funciona en Comodoro Rivadavia, también en Chubut, y otro en un colegio de la provincia de Santa Cruz.

“Fuimos la institución piloto en esta temática. Los conejillos de Indias. Pero -concluhó Silfeni- cuando salimos para representar a nuestro pueblo en cualquier lado y los felicitan, los estudiantes se dan cuenta lo importantes que son, lo bien considerados que están. Y por eso desarrollaron un amor increíble por el mar y por la escuela: la cuidan muchísimo y la respetan.”

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