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La Mañana Brutal asalto

Brutal asalto vestidos de policías a un matrimonio mayor: el hombre sufrió un ACV y está grave

Las víctimas, propietarias de una tradicional tienda del centro de Cipolletti, fueron atacadas en su casa ubicada detrás del local. Uno de los ladrones estaba vestido de Policía.

Un matrimonio mayor, reconocidos comerciantes propietarios de Selecciones Rosmary, un tradicional local de moda ubicado en la zona céntrica de Cipolletti, sufrió una tremenda paliza durante un asalto.

Producto de las torturas a las que fue sometido, el hombre de 79 años de edad sufrió un ACV (accidente cerebrovascular) y está internado en terapia intensiva en grave estado. Mientras que su esposa, de 80 años, se recupera de los golpes que padeció.

El robo se produjo el jueves último alrededor de las 14 en la vivienda de las víctimas ubicada en la calle Brentana al 400 -entre Alem y 9 de Julio-, detrás de la tienda que la pareja posee hace varias décadas.

Pero hubo un hecho previo que presumen que estuvo directamente relacionado, indicó su hija. Ocurrió unas pocas horas antes, cuando recibieron un llamado supuestamente de la ANSES en el que requerían que se presentaran en las oficinas por un trámite que debían efectuar. Fueron a la sede del organismo, pero les aclararon que no los habían convocado.

“Era una mentira”, afirmó la vecina.

Un supuesto policía en la vereda

Después de almorzar, cerca de las 14, vieron a un sujeto con uniforme de policía parado en la vereda, y cuando su papá salió a atenderlo, el desconocido -que estaba a cara descubierta- le preguntó si ellos habían denunciado una llamada falsa de la ANSES, y sorpresivamente lo metió violentamente hacia adentro y lo arrastró hacia el interior del inmueble. Después apareció un cómplice vestido de traje que se quedó merodeando en el exterior, creen que “haciendo de campana”.

“Ahí empezó el infierno”, lamentó la mujer. El ladrón, aprovechando su dominio físico, ató a su papá a una silla y comenzó a golpearlo salvajemente y a asfixiarlo, mientras le reclamaba la entrega de dinero. En tanto que a su señora también la ahorcaba y zamarreaba, aunque con menos hostilidad.

Brentana y Alem.jpg

Si bien le entregaron dinero, pedían más. “¿Con esto me querés conformar? sabemos que tenés más”, le recriminaban. Entonces le entregaron otro monto, ahorros que guardaban. Con el botín en su poder -una suma no precisada, pero que lejos estaba de ser una fortuna- el malviviente se fue dejándolos encerrados con llave, que se llevó con él. Antes les aconsejó quedarse quietos hasta que ellos se fueran.

Después llamaron al hijo, quien se encontró con sus padres desesperados y heridos, por lo que alertó de inmediato a la Policía. Hubo un operativo notorio en el lugar, porque además de patrulleros de la fuerza, también concurrió una ambulancia que asistió a los damnificados.

Buscaban cámaras de seguridad

Personal del Gabinete de Criminalística realizó las labores periciales en busca de indicios que permita rastrear a los asaltantes.

También se sumó la Brigada de Investigaciones, cuyos efectivos trabajaron en el sector. Recolectaron testimonios de vecinos y también imágenes de cámaras de seguridad. Se presume que podrían hallar abundante material fílmico, dado que es una cuadra con mucha circulación y decenas de locales comerciales.

Además, le exhibieron a la señora álbumes de fotografías para que identifique algún posible sospechoso.

“Cipolletti está muy peligroso, mucha inseguridad y no es el primer caso de estos que sucede”, sostuvo. Presumen que es una modalidad que se repite: atacar a los adultos mayores.

“Mis papás están vivos de milagro”, manifestó. Sobre la investigación, todavía no recibieron novedades.

La llamaban por su nombre

Todo indica que los delincuentes contaban con información de las víctimas que les facilitó ejecutar el atraco. Un dato confirma la hipótesis: llamaban a la mujer por su nombre.

En tanto, su esposo continuaba en terapia intensiva, luchando por su vida. Además de las lesiones por los golpes, sufrió un ACV que le paralizó el brazo y la pierna izquierda. “No resistió la presión, los golpes que le dieron”, lamentó su hija.

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