La Mañana crisis carcelaria 06 de octubre 2024 - 00:08

Crisis carcelaria en Neuquén: comisarías hacinadas, "nauseabundas", con ratas y sin luz

Actualmente, todas las comisarías alojan más detenidos de los que deberían, en condiciones inhumanas. Recomiendan medidas urgentes al Ejecutivo provincial.

Un nuevo informe del Comité Provincial para la Prevención de la Tortura da un atisbo del infierno en el que se han convertido las comisarías neuquinas en medio de la crisis carcelaria. Olores nauseabundos, hacinamiento, falta de luz natural y presencia de cucarachas y ratas son algunas de las atrocidades que el organismo detalló en un informe luego de la inspección de 13 comisarías de Neuquén capital y alrededores.

Cabe recordar que las cárceles de toda la provincia están cerradas para nuevos internos desde noviembre de 2023, cuando la jueza de Ejecución Raquel Gass, y posteriormente la jueza del interior Alicia Rodríguez, dictaron esta medida ante las inaceptables condiciones de los penales que pudo demostrar el Ministerio Público de la Defensa.

Desde entonces, los nuevos condenados se agolpan en comisarías, complicando también sus condiciones de habitabilidad, ya que no fueron pensadas para alojar a tantas personas ni por plazos prolongados.

En simultáneo con este caos y los pedidos al gobierno provincial para implementar medidas en forma de refacciones y compra de elementos de seguridad para las cárceles, se puso en marcha el Comité Provincial contra la Tortura, que comenzó su propia recorrida por los penales, comenzando con la U11 de la capital. Tras realizar un diagnóstico de las condiciones con las que se encontraron y recomendar medidas concretas, el Comité pasó a las comisarías.

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Fue así que, entre los meses de julio y agosto del corriente año, se inspeccionaron gran parte de las alcaidías de la I Circunscripción (ubicadas en Neuquén, Centenario, Plottier y Senillosa) para conocer las condiciones en las que viven actualmente los detenidos y la gravedad de la sobrepoblación que ya se da por acreditada en todas ellas.

"El propósito de estas inspecciones fue evaluar aspectos específicos relacionados con las condiciones de habitabilidad de las personas privadas de su libertad que se encuentran alojadas en aquellos ámbitos, usualmente identificados como detención de carácter provisorio, tales como comisarías, alcaidías y/o espacios con cualquier otra denominación cuyo criterio funcional es el alojamiento de las personas por un tiempo acotado, de pocas horas o días, y no por un período prolongado. Sin embargo, por diversos motivos que se precisarán a continuación, este tipo de establecimientos son utilizados en la actualidad para la detención de personas por tiempos mayores a los previstos (prisiones preventivas y ya condenados), contraviniendo los estándares internacionales en la materia y violando derechos constitucionales de las personas privadas de su libertad alojadas en esos lugares", indica el informe redactado por los miembros del Comité, que se dio a conocer esta semana.

Sin detallar los resultados del monitoreo, el informe adelanta que se considera que "las personas privadas de su libertad que se encuentran alojadas de manera permanente en comisarías sufren una degradación considerable de sus derechos humanos, ya que no sólo viven en condiciones generales de inhabitabilidad, mala alimentación y escaso o nulo acceso a la salud (como se verá a lo largo del informe), sino que tampoco disponen de ninguna actividad educativa, laboral o de esparcimiento, las cuales, aunque de manera muy limitada, son ofrecidas en las unidades de detención y que les permitiría avanzar (en el caso de las personas con condena) en los regímenes de progresividad".

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En total, se relevaron 13 comisarías; algunas de las cuales cuentan con un sector específico de alcaidía (para alojar personas detenidas, no solo contraventores) y otras que no, pero aún así alojan de manera permanente a algunos internos. Puntualmente, se inspeccionaron en Neuquén capital las comisarías Primera, Segunda, Tercera, 12, 17, 18, 19, 41 y 44; en Plottier la Séptima y la 46; en Centenario la Quinta y en Senillosa la 11.

Se realizaron inspecciones oculares por las instalaciones, se dialogó con las autoridades de cada unidad y también con algunos internos sobre su experiencia allí alojados.

A modo de síntesis, el informe destaca: "Altos niveles de sobrepoblación, presencia de personas con condena en casi todas las comisarías; lo cual es contrario a lo que dispone el marco legal vigente; condiciones de habitabilidad degradantes e inhumanas; instalaciones eléctricas precarias que ponen en riesgo a los alojados; sistemas contra incendio inexistentes (o no visibles) al momento del monitoreo; sin plan de evacuación ni salidas de emergencias de las instalaciones; acceso la comida deficiente dada la mala calidad y las condiciones de insalubridad en la que llega; serias dificultades en el acceso general a la salud; y falta de acceso a la educación, trabajo, esparcimiento y cualquier otra actividad recreativa, formativa o laboral".

Sobre los altos niveles de sobrepoblación se realizó incluso una tabla comparativa que demuestra que, en promedio, todas las comisarías están excedidas en al menos cuatro personas respecto del cupo fijado por la Policía. Sin embargo, no es una cifra que responda a las recomendaciones mínimas establecidas por el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura en la Resolución 16/21, en la que especifica un espacio de 6 metros cuadrados por persona. Siguiendo estos lineamientos, el cupo debería ser incluso menor.

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Sobre las condiciones inhumanas se detalló que hay "problemas de ventilación con presencia de olores nauseabundos y basura acumulada; problemas de acceso a la luz natural y artificial, lo cual dificulta el descanso y la ubicación sensotemporal; elevada presencia de vectores infecciosos como lauchas y cucarachas; instalaciones sanitarias en muy malas condiciones y/o desbordadas; y falta de acceso a baños y sanitarios, que implica la imposibilidad de higiene personal. También se señalaron "sistemas de calefacción precarios con celdas frías y húmedas, con personas que llegaron a tener que dormir en la cocina para no pasar frío".

"La sobrepoblación y el hacinamiento es una constante en las comisarías que obligan a las personas allí alojadas a vivir en condiciones de hacinamiento e, incluso, verse obligadas a dormir en el piso", agrega el informe.

Los miembros del Comité también dejaron registro fotográfico de las inspecciones, mostrando cada signo de precariedad, insalubridad y peligro que supone hoy estar alojado en una comisaría neuquina. Basta con ver las instalaciones eléctricas, los colchones tirados en el suelo, la falta de espacio personal para cada interno y hasta restos de orina en botellas entre sus pertenencias.

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El Comité provincial realizó recomendaciones específicas para paliar todas las problemáticas señaladas e incluso instó a realizar una capacitación en toda la provincia sobre las funciones y fines del organismo, dado que denunciaron que en la mayoría de las unidades fueron recibidos con maniobras dilatorias, cuestionados sobre su competencia y hasta requisados por el personal policial.

Lo cierto es que, aunque el gobierno provincial ya comenzó a planificar ampliaciones y obras para mejorar las instalaciones y seguridad de los penales y de algunas comisarías, la velocidad a la que crece la población intramuros no da tiempo a que las mejoras tengan algún efecto sobre la crisis carcelaria, perpetuando el efecto dominó.

Además, la sobrepoblación y hacinamiento inevitablemente genera malestar y rispideces entre los detenidos, que muchas veces lleva a situaciones de riesgo para todos, como lo fue el incendio de un colchón esta semana en la Comisaría 12. Es por eso que se podría decir que las alcaidías son ollas a presión que requieren de nuevas medidas urgentes de parte del Ejecutivo provincial.