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La Mañana doble crimen

Doble crimen en Cipolletti: Horacio Espinoza admitió su culpa y habrá un juicio abreviado

Está acusado de asesinar a puñaladas a Stella Maris Natalini y Lidia Tapia para robarles dinero, y afrontar una deuda económica.

Horacio Manuel Espinoza, el acusado de haber asesinado a apuñaladas a Stella Maris Natalini de 62 años y su mamá Lidia Tapia, de 87, aceptará cerrar la causa en un juicio abreviado, lo que significa que admite su responsabilidad en los hechos.

La decisión la tomó luego de la audiencia de formulación de cargos realizada durante la mañana de este lunes, en la que fue imputado y quedó en prisión preventiva.

Trascendió que le tomaron sus rastros dactilares, los que coincidieron con las encontradas en el departamento de las 400 viviendas, donde ocurrió el doble asesinato. Lo mismo sucedió con huellas de calzados. Pero a ese material se suma el extenso el listado de indicios que lo incriminan, de acuerdo a lo que relataron los fiscales Santiago Márquez Gauna, Martín Pezzetta y Juan Pablo Escalada.

Este miércoles se realizará la audiencia del proceso abreviado en la que se formalizará la resolución. Con posterioridad se realizará el juicio de cesura para imponerle el monto de la pena. La fiscalía calificó la causa como "Homicidio triplemente calificado por femicidio, criminis causa y alevosía".

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El caso se encamina a ser esclarecido, a menos de una semana del feroz ataque que terminó con la vida de dos vecinas muy apreciadas en el conglomerado habitacional cipoleño.

La pesquisa encabezada por la Fiscalía con la labor de la Subcomisaría 79, la Brigada de Investigaciones y el Gabinete de Criminalística, determinó que el móvil de los homicidios fue el robo de dinero para pagar una deuda de expensas que Espinoza mantenía con el consorcio.

Tras matarlas, el hombre fue a saldar la deuda con dinero en efectivo, con billetes con manchas que se presumen son de sangre. Además lo incriminan testigos que lo sitúan en la escena con actitudes sospechosas.

Cercado por las pruebas

La investiga determinó que el fatal ataque a cuchillazos de registró el jueves 12 de diciembre alrededor de las 8 de la mañana y que el autor ingresó sin inconvenientes al departamento 10 del primer piso del Módulo 20 de la Tira G, porque le abrieron la puerta. Es decir que era conocido de las víctimas y Espinoza, que vive en la misma entrada un piso más arriba, tenía confianza con ellas dado que las solía visitar, sostuvo el fiscal Escalada al leer la acusación.

Los cuerpos fueron hallados varias horas después. Los vecinos se alarmaron porque no respondían los llamados y alertaron a familiares, que al entrar se encontraron con el espantoso escenario.

Los testimonios que allanaron la pista

Los fiscales explicaron que siguieron distintas pistas ni bien comenzaron a trabajar en el hecho, pero que las fueron descartando hasta que se concentraron en la que los llevó hasta Espinoza.

Los orientó los testimonios brindados por dos vecinas que residen en el mismo Módulo 20.

Una de ellas, que era amiga y las conocía desde hace más de 40 años, les dijo en una primera declaración que entre las 9:15 y las 9:20 subió al primer piso porque su perro jugaba con la mascota de las víctimas y esa mañana no salía. Pero escuchó ruidos desde el interior. Entonces golpeo la puerta y una voz masculina dijo que era David (así se llama el ahijado de Stella y quien la solía visitar). Sin abrir le dijo que Lidia había salido y que no se preocupara.

Madre e hija asesinadas
La madre e hija asesinadas en Cipolletti.

La madre e hija asesinadas en Cipolletti.

La señora bajó, pero sospechó que quien estaba adentro no era David. No le reconoció la voz.

Esa duda se la comunicó posteriormente a la Fiscalía y el sábado fueron nuevamente a entrevistarla.

En esa nueva reunión participó otra vecina que también fue clave para avanzar en el caso. Ambas habían charlado previamente y revisado lo sucedido con detalles que la primera había obviado, de lo que resultó otra revelación.

Recordó -y se lo dijo a los fiscales- que esa mañana después de dialogar con el supuesto David bajó a planta baja y a los cinco minutos también lo hizo Espinoza, con quien se encontró en el hall de ingreso.

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Allí el acusado protagonizó un conversación que la inquietó: le preguntó si conocía a David, y ella le contestó que si, pero además le consultó porqué se lo preguntaba.

Entonces Espinoza le contó una historia “bastante inverosímil”, idéntica al diálogo que había mantenido minutos antes con el supuesto David.

Es decir, Horacio dijo que había bajado y golpeado la puerta, y que de adentro le contestaron que estaba todo bien, quera era David, que se vaya. Todo indica que era parte de la coartada para librarse de culpa.

Plata con manchas rojas

Otro dato revelador lo obtuvo una policía de la Subcomisaría 79 que se abocó a recolectar evidencias y tomó testimoniales a vecinos del barrio, destacó Escalada.

Entre los resultados de la pesquisa, la investigadora descubrió que Espinoza tenía una deuda de 330 con el Consorcio y que el miércoles anterior había recibido un mensaje en el que reclamaban la cancelación del pago y le advertían que iniciarían demandas.

Fue información que recabaron en el despacho del consorcio, donde se sorprendieron porque al día siguiente, el jueves entre las 10 y las 10:30 (pocas horas después del crimen), Espinoza se presentó y pagó lo adeudado en efectivo. Las empleadas notaron que estaba muy nervioso y que transpiraba copiosamente.

Pero algo más lúgubre les llamó las impactó: les entregó billetes con manchas rojas que, se presume, es sangre. Esos billetes fueron secuestrados y serán peritados para determinar si es sangre y a quién pertenece.

En cuanto a la procedencia del dinero, en la casa de las víctimas encontraron un ticket de extracción bancaria por 370 mil pesos. Esa plata no apareció.

Heridas compatibles con gestos de defensa

El imputado tenía heridas y lesiones en distintas partes del cuerpo que, de acuerdo a un informe preliminar elaborado por un médico forense, son compatibles con gestos de defensa de las víctimas.

* En la palma de la mano izquierda presentó una herida superficial transversal de 1,9 centímetros en proceso inicial de cicatrización. El profesional lo asoció con "la presión y en menor medida con deslizamiento de un elemento laminar dotado de filo", como un cuchillo.

* La uña del pulgar derecho está recientemente cortada, a diferencia de las restantes. Data reciente, no mayor a tres días. En la mano de lidia, dorso mano izquierda, hay una herida bastante profunda, que el médico dijo que puede ser el choque de una uña.

* Lesiones en antebrazo y abdomen no pueden descartarse se correspondan a lo que se denomina “un reguero ungueal” es decir presión y deslizamiento de uñas.

El forense concluyó que las heridas "van de la mano con la autopsia" y que "podría ser lógico que el autor tenga lesiones".

Seguimiento de las cámaras

La Brigada de Investigaciones recopiló varias cámaras de seguridad tanto públicas como privadas de las 400 Viviendas y su entorno. Una de ellas lo tomó saliendo del departamento a las 9:20, vestido como dijo la testigo que dialogó con él. Llevaba una la bolsa de hacer mandados, cuyo contenido aún se desconoce. El arma homicida todavía no se encontró.

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