El clima en Neuquén

icon
30° Temp
39% Hum
La Mañana Horror

El bulín del horror: relato de una sobreviviente

Llevó a una joven a su departamento en Cordón Colón, le dio cocaína y alcohol, cuando se resistió a tener sexo, la encerró, la golpeó y la violó.

Se podría decir que el hombre de esta historia es un canalla abusador y no estaríamos alejados de la verdad. Su modus operandi con las mujeres es temerario y perverso. Solo una se animó a denunciar el horror que vivió en su departamento, devenido en bulín.

El caso lo dio a conocer LM Neuquén en junio del año pasado y a mediados de febrero la fiscal Eugenia Titanti lo elevó a juicio ante un tribunal. A puertas cerradas, propio de estos casos, surgieron detalles de las calamidades que padeció la joven y actuar perverso del agresor.

Se sabe que hubo al menos otras dos víctimas que dieron su testimonio durante la investigación, pero no se atrevieron a denunciar por miedo. La adicción las deja expuestas, errantes en un estado de vulnerabilidad, sin certezas sobre el futuro inmediato. Saben que, ante el tormento de la abstinencia, podrían verse obligadas a recurrir nuevamente a estos personajes siniestros que usan la droga como señuelo.

El bulín

A lo mejor las nuevas generación desconozcan la palabra bulín, muy utilizada hasta principios de siglo.

Para que se comprenda, en las últimas décadas del siglo pasado hubo cierta normalización respecto de estos lugares que incluso eran alquilados o rentados entre varios amigos.

El bulín consistía en un departamento, con luces de colores, rojo preferentemente, un bargueño con bebidas alcohólicas, un equipo de música y obviamente una cama. Estaba ambientado como la habitación de un telo, como para ser más directos.

En este caso, el canalla sumó a la decoración una mesa de pool y a las jóvenes que llevaba les enseña a tomar el taco, inclinarse y golpear a la bola blanca, una burda imitación de película barata esperable de un casanova despreciable que mediante artilugios, droga y alcohol, las dejaba indefensa y a su merced.

Las víctimas, tanto la que llegó a juicio como las que no se animaron a denunciar brindaron un relato muy descriptivo su forma de actuar.

El joven herido se encuentra internado estable en el hospital Heller.
La joven fue asistida en el hospital Heller.

La joven fue asistida en el hospital Heller.

Modus operandi

Al inicio del juicio la fiscal Titanti aseveró que iban a acreditar que la joven no pudo consentir libremente esas relaciones, la golpiza que sufrió que fue brutal junto con todo el acto abuso.

Más allá de los testimonios que contextualizaron toda la situación, el central fue el de la joven a la que se le ahogaban las palabras entre lágrimas.

Este abusador tiene un modo de proceder que utilizan varios más, pero por lo general las víctimas no denuncian porque su adicción las pone en un estado de vulnerabilidad extrema, aletargadas, confundidas e imbuidas en una neblina mental donde es muy difíciles recordar lo ocurrido, además de la vergüenza que también las consume.

En este relato no habrá nombres, ni direcciones solo el barrio donde estaba el bulín que es Cordón Colón.

Relato salvaje

El 8 de junio de 2024, la víctima tenía 20 años, vivía en una barriada popular del oeste y trataba de salir adelante con mucho esfuerzo. Alternaba el trabajo de empleada doméstica con los estudios que abandonó después de los sufrido.

Ella se encontraba hasta la noche anterior en una relación que tras una discusión concluyó. A partir de ahí, tomó su mochila, el cargador del celular y se fue.

A su agresor lo conoció por Facebook ya habían mantenido un año atrás una serie de chats que los tuvo esporádicamente aunque nunca habían materializado un encuentro.

Esa noche de crisis y desamparo, ella estaba sentada en un banco de una plaza cuando recibió un mensaje de este hombre y resolvió responder.

“Me dijo que fuera hasta una plaza porque estaba con mi amiga (nombre que también preservaremos). Yo estaba sola en una plaza y con frío por lo que acepté ir hasta ese lugar”, confió la víctima.

Ese chateo ocurrió la madrugada del 8 de junio. Visto en perspectiva, la joven estaba en una situación de vulnerabilidad extrema.

El hombre fue hasta la plaza donde habían pactado juntarse, pero en el auto no estaba su amiga y le dijo que estaba en su departamento.

Ella subió al auto y “de ahí pasó a comprar alcohol y unos papeles de cocaína. Cuando llegamos a la casa, mi amiga no estaba y me dijo que ya se había ido”, relató ante el tribunal.

Al abrigo de un techo, la joven comenzó a seguir el hilo de la charla y consumieron alcohol y droga. Él puso música y la hizo jugar al pool mientras el coctel comenzaba a hacer efecto.

En medio de esa situación, él le propuso mantener relaciones y ella se negó. “Miré para la puerta y estaba cerrada. Le pedí irme y me dijo que se si quería salir, primero debía estar con él. Me sentí atrapada”, contó entre lágrimas la joven.

En esos momentos de peligro los instintos afloran y las reacciones nunca pueden preverse porque están condicionadas a distintos factores, en el estado en que se encuentra la persona y el contexto. Instintivamente, las personas pueden quedar paralizadas, huyen o pelean.

En el caso de esta joven, el contexto condicionó todo su ser y así lo reveló: “No quería estar con él, pero no tenía otra opción. Accedí (a tener relaciones) con la esperanza de que me dejara salir para irme a la casa”.

Hay muchos detalles durísimos y sumamente significativos, pero difíciles de narrar. Lo cierto es que en medio de esa relación condicionada, ella frenó todo y le pidió que la llevara de regreso a su barrio.

El “no” de él fue rotundo y ante la insistencia de ella le dijo en tono amenazante: "No te hagas la viva porque conmigo no te conviene".

Acto seguido, le dio un golpe en la cara con el puño cerrado. Luego siguió una seguidilla de golpes en el rostro y distintas partes del cuerpo hasta que le partió, literalmente, un taco de pool en medio del ataque.

Todo era violencia y sangre. “Solo podía pensar que me iba a matar si seguía golpeándome así”, contó la joven a los jueces.

Ensangrentada, aturdida y sin posibilidad de escapar, escuchó que su agresor le dijo: “Ahora sí te voy a terminar”.

Todo fundió a negro en ese momento. La tomó del cabello y la arrastró hasta la cama, donde la violó en forma salvaje y con una particularidad: se miraba en un espejo que tiene en la cabecera de la cama y gozaba al ver la imagen que veía.

Cuando se aplacó, fue al baño y al salir la miró y le dijo: “Mirá cómo te fue por hacerte la viva", mientras caminaba desnudo hacía la cama.

Después le pidió a ella que se arreglara un poco así la llevaba a su casa. Era el mediodía del sábado. Solo supo que todavía estaba viva y que el derrotero todavía no había concluido.

fiscal titanti y miciullo.jpg

Del hospital al veredicto

Tras semejante ataque, el agresor la subió a su auto y la llevó hasta la casa. Ella, tomó su celular y puso a grabar parte de la conversación que mantuvieron donde le reprocha lo que le hizo.

“Agradece que estas viva”, le dijo el hombre antes de llegar a destino. Detalle, no hay que dejar de tener en cuenta la seguridad con la que se manejó el atacante, a tal punto que después de todo lo que le hizo, la llevó hasta la casa. La impunidad y desprecio por la víctima impactan.

Cuando llegó a la casa de la joven, sus familiares fueron advertidos rápidamente de lo sucedido y golpearon al hombre que logró huir raudamente en su auto.

Un par de horas después, ambos se encontraron en el hospital. Ella concurrió para hacerse el examen que dicta el protocolo de abuso y tuvo que tomar alrededor de ocho pastillas. El violar fue a curarse algunas lesiones que le provocaron los familiares de la víctima.

Ni bien se radicó la denuncia, la fiscal Eugenia Titanti, avanzó con celeridad y se ordenó la detención del hombre y se le formuló cargos por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y rapto. Y le dictaron la prisión preventiva.

A la luz de las evidencias y testimonios, los jueces resolvieron declararlo culpable del delito de abuso sexual con acceso carnal, pero no encontraron los elementos suficientes para aplicar la figura del rapto. A veces lo obvio no alcanza para la justicia.

Ahora, el violador deberá esperar la audiencia de cesura en la cual se le impondrá una pena de cumplimiento efectivo que esperemos se ajuste no solo a los que hizo sino también a las secuelas que generó.

La joven contó al tribunal, que producto del trauma que sufrió tuvo tres intentos de suicidio y en la actualidad está con tratamiento psiquiátrico y sin trabajo. Una sobreviviente cuya vida quedó arrasada y necesita de ayuda y acompañamiento profesional que deberá proveer el propio Estado por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la víctima.

Te puede interesar...

Lo más leído

Leé más

Noticias relacionadas