Femicidio de Natalia Vilte: el escalofriante relato de la vecina que escuchó todo y llamó dos veces a la Policía
La vecina de la víctima escuchó los gritos de ayuda y acudió al rescate. Es testigo fundamental en el caso del femicidio que conmovió a Neuquén y tiene como único acusado a su ex pareja.
El barrio Gran Neuquén Sur parece atravesado por un terremoto: mientras un vecino barre las piedras desperdigadas en la vereda, los autos evitan los cascotes y las ruedas carbonizadas siembran las calles. Son las huellas de la bronca que se desató contra la custodia policial frente a la casa de Marcos Calfio, acusado de haber estrangulado con un cordón a Natalia Ailín Vilte, su ex pareja de 22 años, y que culminaron con el trasladado preventivo a una alcaidía del centro. LMNeuquén conversó con una testigo fundamental: María, la vecina que la madrugada del sábado hizo dos llamados a la Policía: uno, cuando advirtió que Marcos se había metido en su casa y la había golpeado, y el segundo, cuando alertó a la Policía del fatal desenlace.
Se trata de la familia de al lado que históricamente ayudó a Natalia, a quien llamaba por su segundo nombre, Ailín: "Ese día estábamos en casa, de repente a eso de las 3 de la mañana se empezaron a escuchar ruidos que se escuchaban siempre porque el chico cada dos por tres le pegaba. Pero lo que cambió este día es que ella gritó 'ayuda, por favor'", recordó la joven, de la misma edad de Natalia. "Le digo a mi suegra 'salí por favor porque la va a matar', justo lo agarra a él afuera en el patio y le dice '¿qué te pasa? dejá a la piba. ¿Qué te pensás, que está sola?' y Marcos se fue".
La imagen era desoladora: Ailín quedó en la calle llorando, con un gran golpe en la cara y vestida solo con un corpiño y un pantaloncito. "Él le había reventado el pómulo, le dimos una hamburguesa congelada para que se ponga y nos contó que le había sacado las llaves, el cargador, estaba incomunicada", recordó María. La violencia se había instalado esa noche cuando la víctima se encontraba compartiendo un momento con unas amigas en una plaza hasta que Calfio la manipuló por el celular para que volviera a su casa porque, si no lo hacía, la iba a matar.
Entonces llamaron a la Comisaría 16 que llegó con tres móviles: "la Policía vino y se fue, le preguntó a Ailín si iba a hacer la denuncia para que mañana manden la custodia, ellos estaban enojados porque ella tenía perimetral, y él estaba de nuevo en la casa, pero no entendían que él no la dejaba vivir tranquila, la amenazaba constantemente, le revoleaba piedras, la hostigaba con mensajes y audios, todos los vecinos sabían que le pegaba".
El testimonio de María prosiguió cronológicamente, pero no pudo evitar conectar y completar los sucesos en los que intervinieron los vecinos para tratar de frenar el vínculo violento previo al desenlace final: "yo llegué hace 7 años al barrio, así que siempre tuve contacto con ella y los hermanos, en los primeros tiempos cuando él lo había conocido, ya tenía una hija con otro chico, y Marcos no le gustaba a nadie, porque ya sabían lo que era, pero ella seguía con él por el miedo, porque hasta los hermanos de Marcos Calfio la venían a amenazar".
Incluso, la vecina mencionó que un grupo de vecinos había golpeado a Marcos: "lo cagaban a palo cuando lo encontraban intentando volver a entrar, una vez escondido en un lavarropa viejo para poder ingresar", pero señaló que no era sencillo porque el violento se las ingeniaba para infiltrarse: "también el pibe le sacaba los caños al ventiluz del baño para meterse por ahí".
El segundo ataque
Cuando la Policía se fue, luego del primer llamado, Natalia le pidió a sus vecinos que quería descansar porque al otro día tenía que darle de comer a su hijo de tres años, que dormía en la habitación, y llevarlo a la casa de la abuela paterna para que lo cuide mientras ella trabajaba: "Ella trabajaba en atención al público en una tiendita de ropa en la calle Novella, y estaba súper preocupada de cómo se iba a sacar la hinchazón del ojo para trabajar a las 3 de la tarde, así que le pasamos un cargador por el costadito, y nos fuimos a acostar".
Sin embargo, la vecina, perturbada por la sensación previa de que la víctima corría peligro de vida, continuó despierta. Por la pared compartida entre la pieza y su casa, escuchó ruidos hasta las 5 que infirió como una tarea de orden porque, cuando Marcos había irrumpido, le había tirado sus cosas al piso: "también corrió un sillón para trabar la puerta porque le quedó abierta porque él le había sacado la llave".
De repente, María dejó de escuchar sonidos en la casa de al lado, hasta que escuchó un golpe "como si la hubiera puesto contra la pared, y después escuché que dijo 'Ailín, Ailín', entonces pegué la oreja a la pared, y dije a mi marido y a mi suegra que se crucen a la casa porque la mató". Acto seguido, María hizo la segunda llamada a la policía a las 5.40: "le digo 'venite porque la mató', el policía me dice 'pero si lo estamos buscando', y a los dos minutos llegaron".
Cuando los vecinos entraron a la casa, encontraron a Natalia tirada en un colchón del baño: "mi marido le hizo RCP, pero Ailín ya había dado su último suspiro, estaba violeta de cara, y Calfio primero le echó la culpa a mi suegra, dijo ´porque me hiciste que me vaya´". Desde entonces, la Policía criminalística que arribó peritó la escena y trasladó el cuerpo a la morgue judicial para realizar los estudios forenses.
La certeza del femicidio
La fiscal del caso, Silvia Moreira, formuló cargos por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género (femicidio), en carácter de autor, y encuadró el crimen dentro de una relación violenta que Natalia Ailín Vilte había cortado hacía tres meses, y realizado tres denuncias desde octubre porque la violencia se había agudizado. Por su parte el juez de garantías Gustavo Ravizzoli dictaminó 4 meses de prisión e investigación para poder avanzar en la realización de pericias médicas y genéticas. Sin embargo, la familia Calfio sigue sosteniendo que el joven es inocente.
"Cuando la velemos en la cara va a tener el pómulo morado del golpe que le dio antes", aseveró María, la vecina que intervino desde la primera agresión cometida por el acusado esa noche. "Él dice que cuando supuestamente la descolgó, Natalia se golpeó la cara", dijo con bronca, pero no tiene dudas: "ella estaba durmiendo y cuando nosotros salimos, Marcos vino y la ahorcó con el cordón, cuando mi suegra vino él le había sacado el cordón, movió el cadáver, no falleció en el baño".
A su vez, agregó: "nosotros sentimos que la estaba esperando, que a las 5.15 estaba escondido detrás de la calle que está oscura, porque fue una cuestión de minutos". Además, expuso que "es imposible el suicidio, porque después que la dejamos ella había ordenado todo, tendido las camas, preocupada de cómo se iba a sacar la hinchazón del ojo para trabajar a las 3 de la tarde, y se había planificado el día siguiente".
María es consciente de que su testimonio es clave para refutar el intento de coartada del femicida y clamó: "Yo quiero justicia por mi amiga, porque encima la hermana de él dice que es inocente, pero no, él la mató. Sería mejor que diga la verdad de lo que pasó, que volvió a la casa para matarla". Frente a esa teoría, ella expuso que la evidencia está a la vista: "él mantiene y sostiene que mi amiga se suicidó en un baño de dos por dos, colgada de un caño de la cortina del baño, es imposible, la encontraron encima de un colchón, ¿quién se suicida y deja un colchón abajo?".
Mientras tanto, los incidentes en Gran Neuquén Sur que empezaron contra la prisión domiciliaria a Marcos Calfio, continúan pese a ser trasladado a una alcaidía porque exigen que el hijo que tienen en común sea puesto a cargo de la familia materna.
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