Infierno Costich: qué lo salvó de ir a juicio y ser condenado por homicidio
Se trata de Federico Costich, quien desató un infierno en el barrio Cumelén. Quemó a su hija e incendió su casa provocándole la muerte a su hijo.
El detalle de los hechos terribles que cometió hace pensar que Federico Costich debería haber sido condenado por homicidio. De hecho, la primera acusación de la fiscalía fue esa: homicidio doblemente agravado por el vínculo. Primero quemó a su hija en la cara, utilizando un aerosol insecticida y un encendedor a modo de lanzallamas. Luego incendió su casa, dejando encerrado con llave en el interior a su hijo, quien murió carbonizado.
Sin embargo, en el devenir de la investigación, cambió bastante la mirada sobre el caso; y es que había un contexto demasiado denso como para soslayarlo en el resultado.
Así, Federico Costich se salvó de ir a juicio por jurados. Reconoció su responsabilidad penal y ahora recibirá un castigo bastante menor por estrago doloso agravado por el resultado muerte (en el caso del hijo) y lesiones leves doblemente agravadas por el vínculo y por el contexto de violencia de género con privación ilegal de la libertad agravada (en el caso de la hija).
En la audiencia judicial que homologó el acuerdo al que llegaron las partes (fiscalía, querella y defensa), quedó muy claro por qué Costich no llegó a juicio ni será condenado por homicidio. Su abogado defensor, Gustavo Palmieri, celebró el acuerdo alcanzado y dijo: "El contexto de esta situación me parece que justifica este resultado".
En principio, remarcó, "estamos hablando de un papá acusado de graves hechos respecto de sus hijos". Luego, mencionó: "Estamos hablando de un contexto donde lamentablemente éste núcleo familiar estaba atravesado por el consumo problemático de estupefacientes... adicciones a un nivel muy elevado; y es en ese contexto en que se producen estos hechos".
Consideró también "muy reparador" que el imputado "asuma la responsabilidad de esas circunstancias, de acuerdo a las hipótesis legales que a nosotros entendemos son las adecuadas".
"Todos me conocen, no soy muy amigo de estos acuerdos. Sin embargo, en este caso en particular yo creo que es la solución más justa. Después nos quedará pendiente la discusión de la pena adecuada. Pero estamos convencidos que un caso así investigado, en el contexto que acabo de mencionar, tiene que evitar una instancia de juicio sin ninguna justificación razonable", afirmó ante el juez.
Por eso, reiteró que la "teoría legal más ajustada es el estrago doloso y no la acusación inicial que el ministerio propiciaba (de homicidio agravado)".
Cómo fueron los hechos
Recordemos que los hechos ocurrieron en una casa de la calle Carlos H. Rodríguez y Mastropiedra. El primero fue el 24 de marzo de 2024, aproximadamente a las 3 de la madrugada, cuando el condenado le dio golpes en el rostro a la hija al tiempo que la pisaba en su abdomen y extremidades. Luego tomó un insecticida y, mientras la rociaba a la altura de la cabeza, prendió un encendedor, generando llamas que alcanzaron el rostro de la víctima y le provocaron quemaduras.
Luego, Costich cerró la puerta y trabó el portón con una barreta.
Este hecho se enmarcó en un contexto de violencia de género, en la cual el condenado se encontraba en una relación de superioridad respecto de la mujer, aprovechándose de su estado de vulnerabilidad, dada a partir de la diferencia de edad y de una situación de consumos problemáticos que la víctima atravesaba.
Solo dos días más tarde, el 26 de marzo de 2024, en la misma casa donde convivía con su hija y Nazareno Jara, quien era su hijo, inició un incendio fatal.
De acuerdo a la teoría fiscal, luego de haber consumido cocaína y alcohol y tras una discusión con su hijo, Costich le ordenó que se fuera a dormir a la parte superior de la casa, orden que fue acatada. Luego padre e hija se retiraron de la vivienda para ir a comprar más bebidas alcohólicas. Al retornar a la casa, se desató un infierno: el condenado inició un incendio en la casa, donde en la planta alta estaba la víctima. Nazareno Jara no pudo salir de la casa y murió carbonizado.
El estrago doloso revela la voluntad de hacer un daño de grandes proporciones, pero no es matar.
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