La inusual recorrida del único patrullero de Oro la noche que desapareció Otoño

La segunda jornada del juicio por el femicidio de Otoño Uriarte puso de relieve los sugestivos movimientos que realizaron policías de Fernández Oro la noche que desapareció la adolescente, quien seis meses después apareció asesinada, hace poco más de 18 años.

Una testigo que declaró este martes que afirmó haber visto a la menor alrededor de las 23, cuando caminaba a su casa ubicada en la zona de chacras, aseveró que un móvil de la Comisaría 26 hizo un incesante recorrido por el área de la Avenida Cipolletti y la calle que continúa hacia el sector rural, J.F. Kennedy, en la zona este de la localidad.

“Esa noche vi muchas veces el patrullero que daba vueltas por Kennedy”, sostuvo Silvina Troncoso, mamá de Leyre Segovia, amiga de Otoño, y quien también declaró en la misma audiencia.

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La mujer dijo que “el patrullero era de pasar esporádicamente, pero no como esa noche”.

Dijo que hizo varios recorridos, pero que circulaba con las luces reglamentarias del rodado, sin las “luces azules” en alusión a las balizas encendidas.

“Daba vueltas”, precisó, y marcó con gestos un circuito de calles.

El dato se lo proporcionó al comisario Ives Vallejos, quien era jefe de la unidad local, cuyo desempeño es fuertemente cuestionado por la parte acusadora.

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Puntualizó que se lo comunicó al oficial cuando comenzaron a buscar a la menor y había mucha agitación en la comunidad, porque ya entonces se temía que se la hubieran llevado.

Recordó que le dijo a Vallejos “que raro que el patrullero no vio nada, si andaba dando vueltas”.

Agregó que Vallejo le manifestó que tiene que ir a declarar a la comisaría. Expresó que fue a prestar testimonio, y que cuando volvió a su casa se encontró con otra sorpresa: había un auto blanco, cuya marca no reconoció, “con un señor que dijo ser de la Brigada de Investigaciones que le fue a preguntar directamente por los cuatro acusados en el juicio.

Las sospechas del padre de Otoño

El proceder de uniformados de la misma dependencia también fue objetado por Roberto Uriarte cuando declaró el martes. Habló de "complicidad y encubrimiento"

Remarcó que él también le llamó la atención la presencia del móvil a la misma hora en el lugar, y agregó que era el único patrullero que tenía la fuerza en la localidad en aquel tiempo, año 2006.

Uriarte también tendió un manto de sospechas sobre Vallejos, al recordar que utilizaba un tono “sarcástico” cuando se refería al caso de su hija. “Para él era un chiste lo que estaba pasando”, lamentó.

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Incluso expuso que se lo encontró en San Martín de los Andes cuando surgió el dato de que la joven podría estar cautiva en un prostíbulo de esa ciudad neuquina.

Él había viajado porque la policía de esa provincia iba a allanar el cabaret, y para su sorpresa descubrió que Vallejos también había ido y repartía volantes con la búsqueda de Otoño.

El uniformado rionegrino fue detenido en esa oportunidad por sus colegas de la vecina provincia, puntualizó Uriarte.

Ives Vallejos, quien poco tiempo después fue designado jefe de la Unidad Regional Quinta, fue convocado como testigo. Según el cronograma, se tiene que presentar durante la mañana de este jueves.

La pista de la explotación sexual

La labor desplegada por efectivos de la fuerza y un posible entramado de encubrimiento es parte de la hipótesis que sostiene la abogada querellante Gabriela Prokopiw quien representa a Roberto Otoño, padre de la víctima.

Para ellos, los cuatro imputados que están siendo juzgados, Maximiliano Lagos, Germán Antilaf, Néstor Cau y José Jafri fueron los autores materiales del delito que se les enrostra: privación ileítima de la libertad agravada por la duración en el tiempo”, que tuvo como consecuencia la muerte de la adolescente.

Pero sostienen que actuaron obedeciendo órdenes para secuestrar a la joven con la finalidad de someterla a la explotación sexual, y que hubo efectivos rionegrinos involucrados. Esperan que el debate se llegue hasta los ideólogos del hecho.