Los hermanos que demolieron el sueño de la casa propia de catorce familias neuquinas
Montaron una constructora fantasma y cuando les fueron a reclamar las casas, desaparecieron con millones en los bolsillos. La fiscalía los acusó.
Alejandro Nicolás y Bernardo Rubén Commisso le demolieron la ilusión de la casa propia a catorce familias neuquinas y se alzaron con un botín de más de 165 millones de pesos. Este es un resumen de lo que fue la audiencia de formulación de cargos que se concretó en la mañana de este jueves y que se extendió por más de tres horas.
En lo legal y formal, el fiscal de Delitos Económicos Juan Manuel Narváez les imputó a los hermanos Commisso trece causas con catorce víctimas de defraudación mediante la pantalla de una empresa constructora “Compac Viviendas". Se logró la inhibición general de bienes, pero no se los pudo embargar porque no tienen nada a su nombre.
El montaje de una empresa fantasma
De acuerdo con la investigación fiscal y los elementos revelados en la audiencia, entre noviembre de 2019 y septiembre de 2022, los Commisso establecieron y operaron mediante la constructora “Compac Viviendas”.
La firma, era una supuesta empresa de construcción en seco bajo la modalidad de “steel framing” y “wood framing” con oficinas en diferentes puntos de la ciudad de Neuquén. Sus instalaciones primero estuvieron ubicadas en Rivadavia 340, luego en J.J. Lastra 1200 y finalmente en Pampa 355.
Alejandro y Bernardo desplegaban una cuidadosa puesta en escena para generar confianza en los clientes y simular la legitimidad de su negocio.
A los potenciales clientes se les recibía en estas oficinas para hacerles un recorrido por las instalaciones, en las que se mostraban materiales de construcción y trabajadores activos en un intento por validar el funcionamiento de la empresa.
Además, los imputados afirmaban estar construyendo otras viviendas en la región y aseguraban contar con oficinas adicionales en Bahía Blanca y con planes de expansión en todo el Alto Valle de Río Negro.
Este montaje con escenografía incluida hay que admitir que era muy creíble. De esa forma convencieron a catorce familias de que Compac Viviendas era una empresa consolidada, confiable y lista para realizar la casa de sus sueños.
Pero también tiraban el anzuelo en las redes sociales. Todavía está activa la cuenta en Instagram @compacconstruccionesnqn. Allí no solo ofrecen el sueño de la casa propia, con buenos planes de financiación sino también para la construcción de quinchos y oficinas. Un ardid típico en las estafas, ofrecer de todo y espera para ver quién pica.
La maniobra de estafa
Una vez que las víctimas estaban convencidas de la solidez de Compac Viviendas, los Commisso concretaban el proceso de contratación. Los futuros propietarios podían elegir entre distintas tipologías de viviendas mostradas en catálogos y se les ofrecía un plan de pago a medida.
Tras acordar el valor final de la obra, se procedía a la firma de un contrato de locación, el cual requería un pago inicial significativo. Las transacciones se realizaban tanto en efectivo como a través de transferencias bancarias, lo que generaba un compromiso económico importante para cada familia que apostaba a tener su propia casa.
Con la firma del contrato y los pagos iniciales, las familias esperaban que el trabajo de construcción comenzara de acuerdo con los tiempos lo pactado.
Sin embargo, cuando llegaba la fecha acordada, las obras no avanzaban o ni siquiera comenzaban. A medida que la demora se hacía evidente, los compradores intentaban contactarse con Alejandro Commisso, quien respondía con excusas reiteradas y promesas de cumplimiento que jamás se concretaban. Otro ardid típico en las estafas, dilatar los tiempos e incluso a veces solicitan más fondos y las víctimas que tiene la necesidad de que se materialice el proyecto suelen acceder.
En ocasiones, los hermanos derivaban a los clientes a otros supuestos responsables para gestionar la demora, pero estos intermediarios tampoco ofrecían soluciones.
Desaparecer con millones en los bolsillos
Finalmente, rodeados por los reclamos, los acusados cerraron definitivamente las oficinas en Neuquén y perdieron todo tipo de contacto con las víctimas.
Así dejaron a las familias sin nada porque incluso la Compac Viviendas ni siquiera existía realmente en el ámbito de la construcción.
El perjuicio total causado por este accionar fraudulento ascendió a $164.101.349,32 de acuerdo con la actualización que realizó a noviembre de 2024 el área contable de la fiscalía de Delitos Económicos.
Para las catorce familias afectadas, el golpe no fue solo fue al bolsillo, sino que representó, en algunos casos, la destrucción por completo de un proyecto de vida y hasta trajo aparejados problemas de pareja.
Todavía en nuestro país el sueño de la casa propia es un proyecto de vida y como en este caso, sume a las víctimas en una pesadilla.
Es por lo que el fiscal Juan Manuel Narváez y la asistente letrada Agustina Jara acusaron a los hermanos Commisso de defraudación. Además, se logró la inhibición general de bienes por un año, pero no se pudo concretar un embargo porque no poseen nada a su nombre.
Ahora, habrá que ver si se puede lograr la reparación económica de las víctimas, de lo contrario la fiscalía solo podrá aspirar a conseguir una condena de prisión efectiva como ya lo hizo en el caso de la Cooperativa 14 de octubre.
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