Misterio e intriga tras la pericia a la cocaína secuestrada en Caviahue
El cargamento fue armado por tres proveedores. El grado de pureza y las sustancias de corte abrieron varios interrogantes. No saben con qué estiran la cocaína.
Los ladrillos de cocaína del cargamento serían de tres proveedores distintos.
La operación “infierno blanco” por la cual la Procuraduría de narcocriminalidad (Procunar) logró incautar el mayor cargamento de cocaína de la historia de la provincia, 723 kilos, sumó misterio, intriga y algunas certezas como el rol clave que tiene Neuquén en la ruta de la droga a Europa.
De acuerdo con la investigación, la organización operaba a nivel internacional con parte de los movimientos tercerizados y con la finalidad de introducir la cocaína en la exclusiva Marbella ubicada en el sur de España, en las costas del Mediterráneo.
Desde 2018, la Procunar, a cargo de Diego Iglesias y la fiscal Patricia Cisneros, comenzaron a seguir a una organización narcocriminal que trafica cocaína de Argentina a Europa. “Esta banda que cayó ahora es una de las ramas de esa organización”, confió una fuente de la investigación a LM Neuquén.
De acuerdo con la información recolectada, dos cabecillas cayeron en el operativo Infierno Blanco en Caviahue, Gerardo David Salinas, alias “El Negro”, de 47 años, e Ileana Mariela Bolzán, una cordobesa, de 46 años, a esta última ya la tenían en el radar por su participación en operativos internacionales tanto en España como en Brasil.
Uno de ellos se realizó en 2020 y se denominó operativo Veleros. Bolzán viajó en el velero El Thorben para dejar 1.500 kilos de cocaína en Marbella.
De hecho, el cambio de ruta del Atlántico al Pacífico, y la elección de Neuquén como punto de cruce no son decisiones azarosas y la principal sospecha es que Bolzán participó en la traza de la ruta.
La ruta de la droga
De acuerdo con lo que pudo develar este medio, que tuvo acceso a la investigación, “la droga ingresó por la frontera norte proveniente de Bolivia”, aseveraron los informantes, bajo absoluta reserva, en julio pasado.
Lo que sí tienen en claro, es que la organización tiene los movimientos tercerizados, es decir que hay determinados personajes que solo se relacionan en momentos pautados de la cadena de traslado y distribución.
Los narcos desembarcaron el 19 de junio en la localidad turística neuquina de Caviahue y se valieron de un par de cabañas en las que se fueron moviendo a la espera de que las condiciones climáticas les permitieran emprender el cruce de la cordillera.
Todavía no está claro cómo fue el recorrido que hicieron hasta Caviahue, pero el ingreso de la droga a Neuquén no tiene mucho secreto y esa información la manejan tanto las fuerzas de seguridad locales como nacionales.
Por el Norte, la droga ingresa a Neuquén por la Ruta Nacional 40 o por Pata Mora con destino a Rincón de los Sauces. Ambos accesos son desde Mendoza y son mucho más seguros que los del Alto Valle de Río Negro donde hay controles activos de las policías de Neuquén y Río Negro, así como de Gendarmería Nacional y la Policía Federal.
Si uno quiere trazar una ruta segura tienen que apostar a que ingresaron por el Norte, pero cuando se descubre en el laboratorio de Bariloche la pureza de la cocaína secuestrada, no hay que dejar de mirar en dirección al Alto Valle de Río Negro, porque la droga podría provenir de Buenos Aires. Nada está descartado.
Lo cierto es que los narcos y los investigadores saben que la cordillera neuquina es permeable por lo que la provincia se transforma en un punto estratégico para el tráfico.
Para ser claros, Neuquén ha emergido como un punto estratégico en la compleja red de tráfico de cocaína que conecta Sudamérica con Europa. Su ubicación geográfica y sus conexiones logísticas han hecho de esta provincia un nodo importante que puede ser utilizado, como en este caso, de parada obligada para el posterior traslado de cargamentos hacia Chile. De prosperar, no sería extraño que los narcos aprovechen la amplia cordillera neuquina para el almacenaje.
Respecto de la cordillera “colador”, en octubre de 2014 realizamos un informe especial sobre la ruta de la marihuana paraguaya a Chile, que era un boom en esos años, y descubrimos 32 pasos clandestinos a lo largo de la frontera neuquina.
Como se trata de una frontera baja, la cordillera la pueden atravesar no solo mulas caminando con 20 kilos de drogas en sus mochilas sino que también han detectado autos y camionetas circulando por huellas en cualquier época del año.
El problema que tuvieron los narcos en Caviahue, fue que los agarró el temporal y eso les impidió concretar el cruce a tiempo. El dato figura en la investigación de la Procunar.
De lo que no tienen dudas los investigadores, es que el destino final era algún puerto de Chile desde donde zarparía la droga para dar una larga vuelta hasta Marbella.
Y la pregunta cae por su propio peso: ¿por qué usan el Pacífico y no el Atlántico que es más directo? Más adelante lo develaremos de la mano de una especialista en el tráfico marítimo de cocaína.
¿Qué arrojó la cocaína en el laboratorio?
Esto es muy importante para los investigadores porque abre muchas puertas. La Procunar solicitó al Laboratorio pericial de Gendarmería Nacional que realizara el estudio de la sustancia secuestrada en Caviahue.
De acuerdo con las actas oficiales se trataba de 782.883,50 kilogramos de cocaína que estaban en 713 envoltorios distribuidos en dos camionetas incautadas.
Sospechan que el cargamento estaba armado con distintos proveedores porque los ladrillos estaban envueltos con la imagen del Pájaro loco, un 7 con una herradura y la marca Binance. Generalmente así es como identifican el orígen aunque en algunos envíos se utiliza para identificar al destinatario.
En el caso del 7 con la herradura, en julio de este año en Chile, la Fiscalía Metropolitana Occidente en conjunto con Carabineros realizaron un operativo en la comuna de San Bernardo donde secuestraron 600 kilos de cocaína y pasta base. Es decir, que ya los conocen en el vecino país.
A la hora de la pericias se debe establecer el peso neto, la concentración del principio activo, la presencia de sustancias adulterantes o de corte, efectos psicoactivos o toxicomanigenos y cantidad de dosis umbrales.
Para ello, se hace un estudio muy preciso que ayuda a los investigadores a establecer nexos con otras causas porque varios proveedores habían aportado su cuota para conformar este envío que terminó secuestrado.
Cada uno de los ladrillos fue desarmado minuciosamente tras ser pesados. De esta forma se estableció el peso bruto, neto y del envoltorio. Todas tareas de rigor.
En total, el cargamento de droga pura, sin envoltorio, quedó establecido en 723.667,70 kilogramos.
En el laboratorio se tomaron muestras al azar para analizar. Esto se realiza tomando el ladrillo pulverizando con un mortero una pequeña parte para obtener una muestra de unos 20 miligramos de cocaína que son disueltos en una solución integrada por tolueno, metanol y tetracosano.
En el análisis de la cocaína de Caviahue se estableció que la dosis umbral pura “produce en un individuo síntomas de estimulación de 20 a 40 minutos”, después deviene lo que se conoce como “crash”, “descenso” o como se le dice en Argentina: “bajón”.
Durante el bajón, la persona experimenta una caída rápida del estado de euforia en el que se encontraba. El bajón puede generar síntomas como depresión, ansiedad, fatiga extrema, irritabilidad y una fuerte necesidad de consumir más.
Extraña pureza para un negocio millonario
El dato más significativo fue que la pureza promedio de la cocaína incautada en Caviahue es del 72 por ciento. A los fines narcocriminales, es una pureza muy baja para el destino glamoroso que tenía. En el operativo Veleros en Marbella la pureza de la cocaína secuestrada superó el 90 por ciento.
Que sea tan baja la calidad abre un mundillo de especulaciones.
En el laboratorio también se estableció que del total de droga secuestrada se podrían obtener 5.215.473 dosis umbrales. A esto, hay que sumarles el corte que le podrían realizarle los potenciales vendedores que se dedican al narcomenudeo.
Para que se entienda la magnitud del negocio de acuerdo a los datos que surgen de la investigación de la Procunar y los obtenidos por LM Neuquén.
En la frontera de Bolivia el kilo de cocaína ronda los 4.000 dólares, dato confirmado por fuentes nacionales.
En Neuquén, el valor del kilo de cocaína está en 10 mil dólares, dato confirmado por integrantes de las fuerzas de seguridad locales y nacionales.
Ese mismo kilo puesto en Europa, dado este caso en Marbella más precisamente, trepa a los 40 mil dólares.
Las cifras por sí sola brindan una magnitud de lo que mueve este negocio y también los motivos por los cuales se está dispuesto a correr semejante riesgo.
El misterio está en el corte
Vamos a hurgar en otro aspecto clave. La pureza de la cocaína de Caviahue es del 72 por ciento, el resto está completado con otras sustancias.
¿Con qué estaba cortada? Este es un aspecto sumamente interesante ya que los peritos poseen datos muy variados que han podido obtener producto de la gran variedad de análisis que han realizado sobre distintos secuestros en la lucha contra el narcotráfico.
Al estirar la cocaína se identifican sustancias inactivas que no tienen efectos colaterales perceptibles y sirven para darle peso a la droga. Y por otro lado hay sustancias activas que se añaden para compensar la potencia que pierde la droga al ser adulterada.
Para esto se utilizan analgésicos, anestésicos (lidocaína y benzocaína), bicarbonato, dipirona, almidón, azúcar reductor, creatina. En algunos análisis se ha llegado a encontrar talco, veneno y hasta el polvo de los tubos fluorescentes que es fósforo blanco y sumamente tóxico. Esta sustancia también le brindaba un brillo muy atrayente a la droga blanca. No hay que olvidar que muchas cosas pasan primero por el filtro de los ojos.
Lo llamativo de la cocaína de Caviahue es que “es posible que tengan otros tipos de sustancias o adulterantes, pero en el laboratorio no las pudieron establecer”, confió una fuente a LM Neuquén.
Entonces, si no contiene las típicas sustancias de corte ¿qué le están metiendo a la droga para estirarla?
Esto representa todo un desafío para los investigadores y un gran riesgo para los consumidores.
La ruta del Pacífico y los mares de cocaína
Las rutas de tráfico de cocaína son complejas y dinámicas, ya que deben adaptarse constantemente a las medidas de control y vigilancia impuestas por las autoridades.
En una reciente entrevista que realizó LM Neuquén con la investigadora mexicana Ana Pérez, la autora del libro “Mares de cocaína” develó detalles cruciales sobre cómo las organizaciones criminales están diversificando sus rutas de tráfico de cocaína desde América del Sur hacia Europa, utilizando principalmente el océano Pacífico.
“Las organizaciones criminales siempre van a estar buscando maneras más ingeniosas, más elaboradas, incluso más innovadoras para trasladar sus mercaderías ilícitas”, explicó la periodista, que en su libro detalla no solo la historia del contrabando y narcotráfico sino también de los estrictos controles que se han establecido en el Atlántico.
“La logística es tercerizada para evitar los vínculos y la caída de organizaciones mucho más grandes”, explicó Pérez.
“El desvío hacia la ruta del Pacífico responde a varios factores. Primero, el Atlántico está altamente vigilado debido a la cooperación internacional y a la presencia de centros logísticos de investigación, como el ubicado en Lisboa (Portugal), que coordina operaciones entre múltiples países. En cambio, la ruta del Pacífico se ha convertido en una opción viable debido a la menor vigilancia comparada con el Atlántico”, aclaró la experta.
En los puertos, “la droga es cargada en contenedores a granel que es una de las estrategias más eficaces para el tráfico. Para las autoridades es más difícil revisar una carga a granel y más complejo encontrar los ladrillos de cocaína”, afirmó.
Esta modalidad permite que grandes cantidades de droga sean transportadas sin levantar sospechas, escondidas entre mercancías legales. Incluso hay organizaciones narco que se ponen de acuerdo para hacer envíos conjuntos.
No obstante, el traslado de cocaína por el Pacífico, aunque más seguro en términos de menor vigilancia, es más costoso y logísticamente complejo. Pérez destacó que, “dependiendo de las circunstancias, las organizaciones pueden cambiar la ruta, pero no el destino final, que ya está acordado y pagado. En algunos casos, los cargamentos de droga pueden estar planeados con años de antelación, considerando factores como la época del año y las condiciones geopolíticas”.
Las organizaciones criminales continuarán innovando y adaptándose a las nuevas realidades de control y vigilancia. La tercerización de servicios y la diversificación de rutas son estrategias que seguirán evolucionando. “El tráfico marítimo de cocaína va a continuar y probablemente se va a incrementar, obligando a las autoridades a desarrollar nuevas estrategias y mayor cooperación internacional”, concluyó Pérez, que sabe que los millones que mueve el negocio de las drogas lleva a que siga activo y buscando variantes. Se lo podrá combatir, pero no es una guerra que se pueda llegar a ganar pese al flagelo que representa.
En Neuquén, el Gobierno y la Justicia están cerrando los detalles de la ley de adhesión para la persecución del narcomenudeo que ha crecido exponencialmente en toda la provincia.
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