Refuerzan la fiscalía a cargo de la investigación de Luciana Muñoz

A 67 días de la desparición de Luciana Muñoz, el Ministerio Público Fiscal (MPF) optó por sumar dos funcionarios a la investigación vigente más trascendente de la provincia en la actualidd

Al equipo fiscal intregrado por Andrés Azar y la asistente letrada Carolina Gutiérrez, se sumará el fiscal de delitos juveniles Germán Martín y la fiscal Lucrecia Sola de acuerdo a lo confirmado desde el MPF.

La inclusión de los mismos tiene la finalidad de colaborar con la tarea que viene realizando el fiscal Azar ya al que ser una causa con tantos elementos para analizar y extendida en el tiempo, la labor cotidiana se vuelve más compleja.

Fiscales en rastrillaje Luciana

El fiscal del caso Andrés Azar y la asistente letrada Carolina Gutiérrez siguen la causa desde que se radicó la denuncia el 16 de julio.

Un ambiente complicado

La desaparición de Luciana Muñoz tiene que ver con su perfil victimológico y el ambiente en el que se movía. Esto los investigadores lo tienen más que claro.

Una breve explicación. Luciana era una víctima de alto riesgo por su adicción a las drogas que la vincularon a un ambiente muy pesado, marginal y violento.

Ahora, hay que tener en cuenta la ausencia de información y de claridad de parte de su círculo íntimo en las horas y días más calientes en una investigación de este calibre.

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Admitido por la Policía y la fiscalía, hubo ocho días desde la desaparición en los que la investigación quedó sumergida en la nada y se tuvo que trabajar mucho para sacarla a flote.

Lo complejo del ambiente en el que se manejaba Luciana queda en evidencia en los pactos de silencio que todavía se sostienen pese al alto nivel de exposición que tiene el caso y que la recompensa vigente que ha ofrecido el Gobierno que es de 10 millones de pesos.

La cuestión es saber cómo sortear tanto silencio.

¿Una recompensa que no alcanza?

A esta altura de la investigación, con el diario del lunes debajo del brazo, muchos funcionarios judiciales y policiales admiten que la recompensa que se ofreció por datos sobre el paradero de Luciana Muñoz se brindó demasiado temprano en la investigación.

Vale recordar que primero se ofreció un millón de pesos y a la semana el Gobierno la incrementó a diez millones de pesos.

Teniendo en cuenta que la desaparición está vinculada con el mundillo del narcomenudeo y la marginalidad, los códigos de silencio que se manejan no se rompen con esos montos. A la vista está.

Ahora, lo que hay que ordenar son las preguntas. Primero: ¿es posible lograr con dinero una traición con ese ambiente? Luego, habría que determinar el monto y las medidas de resguardo para quien se anime a cruzar el umbral.