Radiografía del aborto en Neuquén
Mujeres internadas por complicaciones y prácticas clandestinas.
Pablo Montanaro
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Neuquén
En Neuquén, muchas mujeres todavía recurren al aborto clandestino, del cual no se tienen datos de cuántos se realizan ni se hacen denuncias contra quienes llevan a cabo esta práctica ilegal. Sí se sabe que para hacerse uno, una mujer tiene que desembolsar entre 5.000 y 10.000 pesos a un profesional que, en muchos casos, no cuenta con los elementos mínimos de seguridad o de infraestructura, lo que pone en riesgo la vida de la embarazada.
Por eso, el aborto sigue siendo la primera causa de muerte en la Argentina: se calcula que entre 500.000 y 700.000 mujeres se practican un aborto cada año.
Mientras esto ocurre, otras cientos de neuquinas acuden a hospitales y centros de salud con la necesidad de interrumpir su embarazo o bien por complicaciones luego de practicarse un aborto clandestino.
Si bien en los últimos años el número de internaciones en los hospitales por complicaciones posaborto se redujeron considerablemente, lo que sigue preocupando a los profesionales de la salud son las mujeres que no cuentan con la información o desconocen la posibilidad de interrumpir su embarazo y recurren a prácticas ilegales que en la mayoría de las veces terminan poniendo en riesgo su vida.
Desde el servicio de ginecología del hospital Castro Rendón aseguraron que hace más de cinco años, cerca de 400 mujeres debían ser internadas a causa de complicaciones por aborto y que en la actualidad esa cantidad se redujo a 120.
Entre 2011 y 2013, el servicio de Ginecología del Castro Rendón asistió a 394 mujeres por complicaciones por aborto, lo que hace un promedio de 131 mujeres por año. En tanto, en el año 2014, fueron 120 mujeres las asistidas por los profesionales del mencionado servicio a causa de un aborto incompleto o espontáneo.
Guillermo Suttora, jefe del servicio de Ginecología del Castro Rendón, consideró que esta reducción está vinculada al uso del misoprostol, medicamento recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los países como Argentina, donde la práctica es ilegal, a excepción de los casos de abortos no punibles que contempla el Código Penal. “De alguna manera estas mujeres evitan en la mayoría de los casos recurrir a un aborto clandestino”, sostuvo.
En ese sentido, Suttora destacó el trabajo de la colectiva feminista La Revuelta que desde el año 2010 brinda ayuda y contención a las mujeres que deciden no continuar con su embarazo. Consideró que esta disminución de las internaciones de mujeres con complicaciones después de un aborto “coincide con el inicio de las tareas de esta organización”.
El año pasado, en el Hospital Heller hubo entre tres y cinco egresos de mujeres por abortos por mes, aunque en febrero y noviembre en total asistieron a unas 20 mujeres.
La médica Andrea Echauri, encargada de la división Ambulatoria del hospital, señaló que estas cifras representan una disminución en relación a la cantidad de internaciones por aborto que ocurrían años atrás. Comentó que esta reducción de internaciones está relacionada con el trabajo que se realiza en las consejerías que funcionan en el Heller como así también en otros centros de salud de la ciudad.
“Me parece que se trabaja mucho más en las consejerías, en el cuidado de la mujer sobre la consulta prenatal y precoz, hay mucha más prevención y eso tiene que ver con la planificación de embarazos y las conductas ante más factores de riesgo que eso también ayuda”, describió Echauri.
Precisó que de acuerdo con los registros, “el grupo etario de mujeres que debieron ser internadas por abortos, ya sea incompletos o por complicaciones posaborto, está entre los 16 y 25 años, pero también hemos tenido mujeres de 35 a 45 años”.
Aseguró que durante 2014 no tuvieron ningún caso de urgencia en el caso de un aborto hecho en forma clandestina. “Hace dos o tres años que no tenemos casos de riesgo por práctica de aborto clandestino. Eso no quiere decir que no exista”, explicó Echauri.
Más lugares para consultar
La profesional destacó que en la actualidad “la mujer tiene más lugares para poder llevar su consulta sobre aborto”. “Creo que hay mayor confianza, ya sea en las consejerías como también en los efectores de salud que trabajan sobre esta temática. Hay un diálogo más abierto y eso ayuda para que la mujer tome decisiones cuidando su salud”, describió la profesional.
Hasta el Centro de Salud de San Lorenzo Norte llegan por mes entre dos y tres mujeres para realizar una consulta para interrumpir su embarazo, o bien con complicaciones después de practicarse un aborto.
“Por lo general, son mujeres víctimas de un abuso o de una violación que vienen para consultarnos o asesorarse y que debemos derivarlas al Castro Rendón porque nosotros no somos el organismo ejecutor por el hecho de que no disponemos de la medicación”, explicó Araceli Cárdenas, jefa de este centro sanitario del oeste de la ciudad.
Señaló que el grupo etario de mujeres que más consultan para interrumpir su embarazo está entre los 15 y los 25 años.
Afirmó que sabe de la existencia de lugares en ese sector de la ciudad en el que se realizan abortos clandestinos.
“Son las mismas mujeres que acuden a nuestro centro de salud quienes nos cuentan, una vez que entran en confianza, que hay lugares clandestinos donde personas que no son médicos por determinado precio o con determinadas técnicas hacen abortos que ponen en riesgo la vida de las mujeres”, explicó Cárdenas.
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